Sorry

Título: Sorry
Autor: Zoran Drvenkar
Editorial: Seix-Barral
Páginas: 432
Precio : 20€

Sinopsis:

Cuando cuatro jóvenes amigos de Berlín fundan una agencia que se dedica a «pedir perdón» previo encargo de empresas, ninguno de ellos puede prever las consecuencias de esta decisión. El negocio florece hasta que un cliente anónimo les obliga a pedir perdón a una mujer muerta y a deshacerse de su cuerpo. Esto es el principio de una pesadilla sin fin, en la cual dos de los cuatro amigos perderán la vida, y serán piezas de un juguete manejado por el asesino.

(Ésta es la sinopsis, cuya última frase bien podían haberse ahorrado ya que destripa bastante, de Sorry).

Un libro muy original tanto en el argumento como en la estructura, ya que la historia nos la van contando (todos, absolutamente todos) los protagonistas desde su punto de vista. Y, a pesar de que en el algún momento llega a crearse una ligera confusión, al final, como buena novela negra, (aunque no lo parezca), todas las piezas encajan como un puzle bien hecho. Incluso las piezas que habías pasado por alto.

Eso por el lado formal. En el lado argumental también es novedosa la idea de una empresa que pida perdón en tu lugar. Cuatro amigos, con más derrotas que victorias a lo largo de su vida, deciden fundar esa empresa y les va tan bien que pronto se forran y deciden mudarse a un local más grande. Sus caminos se cruzarán con los de un asesino que quiere que se disculpen por él con su víctima, bajo pena de herir a los familiares de estos cuatro amigos.

Y hasta aquí puedo leer. La historia es buena, los detalles sangrientos no son tan truculentos ni escabrosos como he podido leer en alguna crítica (parece mentira que la gente todavía no esté curada de espanto con todo lo que se ha visto ya por el mundo), la narración es ágil y los personajes están bien elaborados. Ya digo que en un principio se crea algo de confusión al respecto de un personaje, pero ésta confusión desaparecerá pronto y todo cobrará sentido. Incluso hay un giro final inesperado ¿e innecesario? que adorna (¿o riza el rizo?) aún más el desenlace.

En resumidas cuentas un buen libro al que aplaudo la originalidad, aunque, por desgracia, es de esa clase de libros que al tercer día de leerlo se hunde progresivamente en el olvido sin importar ya tanto la novedad formal. No cala ni llega a enganchar como, por ejemplo, Mankell.