Uno pensaría que es fácil acertar a la hora de elegir libros simplemente leyendo la sinopsis de la contra. Años y años de leer deberían bastar para que así fuera. Y, sin embargo, a veces se falla. Ya sea porque la sinopsis es engañosa o porque uno se hace ilusiones pensando que va a leer algo que desearía hallar en el interior del libro sin éxito, hay ocasiones en las que un reseñista se equivoca. Afortunadamente, son las menos pero esta es una de esas.