Ya he dicho en alguna ocasión que Pérez-Reverte es santo de
mi devoción. A pesar de algunos encontronazos (no pude llegar a la mitad de El
Tango de la Guardia Vieja, y eso que le di dos oportunidades y que lo tenía dedicado)
siempre espero con ilusión un nuevo libro del académico, pues son muchos los
momentos de placer literario que me ha brindado.
Y eso es lo que he tenido en Hombres buenos. Deleite mientras
leía, o más bien devoraba, las 592 páginas de las que se compone este nuevo
libro de aventuras. Y sí, digo bien, de aventuras, porque a pesar de que los
protagonistas sean dos miembros de la Real Academia Española, don Hermógenes
Molina y don Pedro Zárate (a quién por cierto, no podía poner otra cara que no
fuera la de Alonso Entrerríos, de la serie El Ministerio del Tiempo), con la
misión de traerse a nuestro país un ejemplar de la prohibida (tanto en Francia
como en España) Enciclopedia de D’Alembert y Diderot, el viaje de Madrid a
París en aquellos tiempos de carruajes, caminos no asfaltados, bandoleros y
posadas, era ya de por sí toda una odisea que podía durar semanas o meses. Si a
esto añadimos una conspiración para que la misión de los dos protagonistas
fracase la aventura es completa.
Reseña completa en LyL.
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