Debo confesar que a mí Héroes del Silencio no me gustaba
cuando lo estaba petando, allá por los 90. Recuerdo acabar hartito en el viaje
de estudios porque en el bus no dejaba de cantarse a grito pelado Maldito
duende. No, no fui fan del grupo hasta después. Hasta que se disolvió y Enrique
Ortiz de Landázuri Izarduy comenzó su carrera en solitario. Aunque esto tampoco
es exacto ya que su primer trabajo Radical sonora, no me gustó nada (tan solo
Big Bang, Alicia y Salomé se libran). Fue un amigo quien me metió el gusanillo
de su música a partir de Pequeño, una grandísima obra de arte musical que todo
el mundo debería escuchar.
Desde entonces soy fan del aragonés errante y he tenido la
suerte de asistir a tres de sus conciertos (Pradejón, Madrid y Zaragoza) pertenecientes
a distintas giras. También desde entonces quise curiosear en sus orígenes y, a
pesar de lo distinta que era, y es, su música, coqueteé con Héroes.
Hasta aquí la intro instrumental.
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