Bueno. Pues con este cuarto tomo se acabó lo que se daba.
Adiós, Gotham Central, pero adiós por la puerta grande. Va a ser una despedida
dura y va a ser muy difícil encontrar otra colección que integre tan bien a
ciudadanos corrientes y molientes, en concreto policías, con el universo
gothamita de Batman y sus villanos, o, al menos, una que tenga un tratamiento
tan correcto y realista que pueda convencer a los lectores que poco amigos de
los personajes con capa. Va a ser duro, repito, pero habrá que superarlo.
Siempre lo hacemos, ¿verdad?
También son duras, mucho, algunas de las historias que vemos
en este Gotham Central 4: Corrigan,
sobre todo la final. Dura, trágica y realista, un enfoque que me ha gustado
mucho durante toda la serie.
En este tomo la corrupción está más presente que nunca. Se
ve, se huele, se palpa y es un personaje más, casi tan importante como Montoya,
Allen, Corrigan o Batman. Gotham sería, sin duda, el paraíso del PP si
existiera.
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