Es innegable que un título tan descriptivo y coloquial como este Estamos todos de puta madre –me encanta que se haya traducido así del inglés–, aúna tanto gancho y gamberrismo en tan solo cinco palabras que es imposible rechazar la invitación a querer saber quiénes son todos esos que afirman estar tan putamente bien. Y lees la sinopsis y comprendes que el título es ironía pura. Que de estar bien, nanay. Cero. Que lo que realmente están es jodidamente hechos mierda. Piltrafas humanas. Todos destrozados en su interior y otros además, en su exterior. ¡Pues cojonudo! De primeras ya promete.
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