Un amigo me dijo una vez: “a Planeta se la suda que hablen mal de ellos. Lo que les interesa es que se hable de ellos, bien o mal, pero que se hable de ellos, que generen movimiento, ruido a su alrededor”. Y qué cierto es. Dejando al margen el “robo” legal de autores de otras editoriales (Javier Cercas, por ejemplo), cada premio Planeta es un torbellino de rumores, apuestas y acusaciones de tongo, de que el premio está “hecho por encargo” con meses de antelación…
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