Puedo decir orgulloso que sigo la trayectoria de David Rubín desde hace tiempo. No he leído todo lo suyo aún, pero estoy en ello. Creo que fue El héroe, y mi fascinación natural y enfermiza por la mitología, lo primero que cayó en mis manos y desde entonces caí rendido a su forma de dibujar. Tiene un estilo tan suyo y reconocible, pero a la vez tan rotundo y naive, al que añade una paleta de colores extravivos, que hace de cada obra en la que participa un espectáculo visual. (¡Y tengo su Beowulf firmado y con un dibujito!)
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