Conocí a Alfredo Álamo en una de las entregas del premio Planeta y volvimos a coincidir en un par más. Sin embargo, con esto de la puta pandemia hace ya un tiempo que no le veo en persona y he leído menos de lo que me gustaría del barbudo, pero recuerdo con agrado el buen sabor que me dejó su libro de microrrelatos Lunarias. Ahí fue donde me dije que tenía que seguirle la pista. Por desgracia, pasó lo mismo que suele pasar con los buenos propósitos de año nuevo y la acumulación de libros me impidió leer todo lo que quise. Álamo es uno de los damnificados y espero que este After punk sea el inicio de todas las lecturas suyas que tengo pendientes. (Y si no, el párrafo entrecomillado de más abajo sí que va a abrir mi próximo libro, hala, un poco de autobombo no viene mal).
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