A veces la vida se vuelve insoportablemente tediosa en su monotonía. Llegamos a casa un martes por la tarde/noche, derrotados por el trabajo o el gimnasio o de recoger a los niños de natación o de comprar o de una reunión de vecinos y solo de pensar que queda más de la mitad de la semana por delante nos da un mal. Y así día tras día… Y solo pensamos en meternos en la cama para coger fuerzas para repetir las mismas acciones el día siguiente y al otro y al otro, soñando con que llegue el viernes por la tarde.
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