Título: La invitación
Autor: Kim Densalat
432 páginas
Formato: 15 x 23 cm.
Encuadernación: Rústica con solapas
17,50 euros
Sinopsis:
En Roma va a tener lugar una convención secreta: todos los vampiros del mundo han sido convocados por el más antiguo y poderoso de todos ellos, el misterioso Dragone.
En Roma va a tener lugar una convención secreta: todos los vampiros del mundo han sido convocados por el más antiguo y poderoso de todos ellos, el misterioso Dragone.
Todas las fuerzas del estado conocen el caso y se ven implicados en la trama: la CIA, el Vaticano y el Ministerio del Interior italiano. Todos lo saben y, cada cual a su manera y protegiendo ante todo los intereses de cada uno, se están preparando para exterminar a los vampiros.
De la noche a la mañana, Roma se llena de cadáveres completamente desangrados, algunos incluso descuartizados y con el corazón arrancado. Y es que…
Los vampiros han llegado y tienen hambre...
Se entabla así una monumental partida de ajedrez entre vampiros y humanos. Pero la desorganización, las rivalidades y la total falta de colaboración entre los diferentes grupos que quieren acabar con los no muertos llevará la operación de exterminio al desastre total, desencadenando en una macabra y sangrienta batalla final en las antiguas catacumbas romanas, de la que Dragone y los suyos saldrán vencedores.
Sucede algo raro con este libro: engancha, pero tras leerlo tienes la sensación de que es muy flojo. Como si fuera un Código da Vinci. Incluso antes de llegar a acabarlo, ya te invade ese sentimiento. Las buenas premisas con las que se nos había introducido en la historia, el punto de vista de varios personajes y la continua alternancia de estos, el ritmo rápido, los capítulos cortos, el lenguaje sencillo, en definitiva, todo lo que había captado nuestra atención al principio de la lectura, bajo el manto de la promesa de un buen argumento, se vuelve ridículo, precisamente, por su argumento.
No es una novela de vampiros al uso. Más bien es de todo salvo de vampiros, ya que lo que se nos cuenta gira más en torno a todo lo que se cuece alrededor de la convención de vampiros, que de los propios vampiros. Si la convención hubiera sido de hombres lobo, tanto hubiera dado.
Cuando uno busca un libro de vampiros, busca brutalidad, sangre, sexo y la emoción del juego, de la caza entre vampiro y cazavampiro. Y aquí es dónde, en mi opinión, falla el libro. No hay emoción en el tramo final. El lector puede adivinar cómo acabará todo desde la mitad del libro.
Con esto no quiero decir que el libro sea malo. Entretiene, y esa es su función, pero tras su lectura deja una sensación agridulce. Aunque claro, tal vez no sea muy objetivo, ya que a mi me gustan mucho las historias de vampiros, y aunque se agradece que se aleje de lo que viene siendo la moda crepuscular de vampiros ñoños, guapos y follables, no puedo considerarlo un buen libro de vampiros.
Por último,eso que he visto en varias webs de que “es el primer autor español en escribir una novela de vampiros” no es más que mentira y propaganda.
Sucede algo raro con este libro: engancha, pero tras leerlo tienes la sensación de que es muy flojo. Como si fuera un Código da Vinci. Incluso antes de llegar a acabarlo, ya te invade ese sentimiento. Las buenas premisas con las que se nos había introducido en la historia, el punto de vista de varios personajes y la continua alternancia de estos, el ritmo rápido, los capítulos cortos, el lenguaje sencillo, en definitiva, todo lo que había captado nuestra atención al principio de la lectura, bajo el manto de la promesa de un buen argumento, se vuelve ridículo, precisamente, por su argumento.
No es una novela de vampiros al uso. Más bien es de todo salvo de vampiros, ya que lo que se nos cuenta gira más en torno a todo lo que se cuece alrededor de la convención de vampiros, que de los propios vampiros. Si la convención hubiera sido de hombres lobo, tanto hubiera dado.
Cuando uno busca un libro de vampiros, busca brutalidad, sangre, sexo y la emoción del juego, de la caza entre vampiro y cazavampiro. Y aquí es dónde, en mi opinión, falla el libro. No hay emoción en el tramo final. El lector puede adivinar cómo acabará todo desde la mitad del libro.
Con esto no quiero decir que el libro sea malo. Entretiene, y esa es su función, pero tras su lectura deja una sensación agridulce. Aunque claro, tal vez no sea muy objetivo, ya que a mi me gustan mucho las historias de vampiros, y aunque se agradece que se aleje de lo que viene siendo la moda crepuscular de vampiros ñoños, guapos y follables, no puedo considerarlo un buen libro de vampiros.
Por último,eso que he visto en varias webs de que “es el primer autor español en escribir una novela de vampiros” no es más que mentira y propaganda.
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