Dirección: Sacha Gervasi
País: USA
Año: 2012.
Duración: 98 min.
Interpretación: Anthony Hopkins (Alfred Hitchcock), Helen Mirren (Alma Reville), Scarlett Johansson (Janet Leigh), Toni Collette (Peggy), Jessica Biel (Vera Miles), James D’Arcy (Anthony Perkins)
Guion: John J. McLaughlin; basado en el libro “Alfred Hitchcock and the making of Psycho”, de Stephen Rebello.
Música: Danny Elfman
Hitchcock no es digna de Hitchcock. Los distribuidores españoles,
tan amigos como son a menudo de colocar a los títulos estúpidos subtítulos que
hacen enrojecer de vergüenza a cualquiera, esta vez han preferido obviarlo.
Cuánto mejor habrían hecho en añadir un escueto “el rodaje de Psicosis”, (que
para inri es el título completo, original y claro) pues en el fondo de esto de
lo que va la peli, y no de la vida del tito Alfred como puede darse a entender
con el sencillo título de Hitchcock a
secas. No es una película redonda y aunque sí es entretenida a veces llega a
aburrir. Es curiosa en algún momento, pero uno esperaba ver en acción al genio
que torturaba psicológicamente a las rubias; que se colara alguna de esas
anécdotas de rodaje - aunque correspondiera al rodaje de otra película y no del
de Psicosis-, para que quedara reflejada la merecida fama de cabroncete que
tenía con sus actrices.
En Hitchcock se aborda la lucha que tanto él como su mujer, Alma
Reville, llevan a cabo al querer rodar una cinta en la que nadie cree y que ningún estudio quiere financiar. Una cinta
que abrirá brechas en la relación, que deberá financiar el matrimonio
hipotecando su casa; que provocará el temor de Hitchcock al fracaso –muy buena
la frase de su mujer: “¿no querrás hacer esta película, porque todo el mundo te
dice que no lo hagas, verdad?”-, miedo a dejar de ser un genio, a que sea su
última película…
También en cierto modo Hitchcock parece ser un esfuerzo
justiciero por dar a conocer al mundo que tras el director británico, se
encontraba una mujer tan capaz como él que siempre quedaba tapada, eclipsada en
un segundo plano, y que apoyaba a su marido en los malos momentos y le cedía
todos los honores en los buenos.
En resumen, es una película
regulera (ni de lejos es una de las mejores películas de 2012 como he leído),
que pretende mucho y parece desinflarse a medida que avanza, como si el
director esperara que teniendo a Hopkins y a Mirren la película avanzaría por
si misma.
Las interpretaciones sí, son
buenas, sobre todo la de Helen Mirren. Hopkins, bueno, bien… Scarlett aparece
poco y lo hace bien. Biel, lo mismo. Pero lo más importante es que, se pongan como
se pongan, NO ES UN BIOPIC, de la misma forma que Lincoln tampoco lo es. Es un
mero trocito en la vida del director. Nada más.
A pesar de todo, es inevitable
que los que hemos crecido con sus ciclos de los lunes en la 2, en aquellos
tiempos en los que la tele era mucho mejor y sólo estaban la primera y la 2, caigamos
en la tentación y vayamos a verla. Porque lo cierto es que, yendo avisados de
que lo que se va a ver es el making off de Psicosis y todo lo que le rodea, la
cinta está bien. Yo fui a verla, y había leído previamente críticas negativas
(pero la opinión que realmente vale es la mía). Y la vi porque, pese a todo, he
sido y soy muy fan de Hitchcock, y todo aquel que se considere así, acaba
viéndola. Y eso es mérito de sir Alfred, no de esta cinta.
Los que hemos visto una y otra vez La ventana indiscreta o Con la muerte en los talones en casa de
la abuela porque la teníamos grabada y cada vez que íbamos las veíamos
necesitamos conocer algo más a uno de los grandes, a alguien que despertó en
muchos de nosotros el gusto por el buen cine.
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