Autores: Scott Snyder, Rafael Albuquerque
Editorial: ECC
Encuadernación: Cartoné
Páginas: 176
Precio: 17,95 euros
«Esto es lo que los vampiros
no deberían ser: pálidos detectives que beben bloody marys y sólo trabajan de
noche; caballeros sureños desesperados de amor; adolescentes anoréxicas; chicos
juguete con grandes ojos de cordero degollado.
¿Cómo deberían ser? Asesinos, cariño. Asesinos fríos como la piedra que nunca tienen suficiente de ese sabroso tipo A positivo. Cazadores. En otras palabras, América de Medianoche. Rojo, blanco y azul, con acento en el rojo. Esos vampiros han quedado secuestrados por un montón de romance de baja estofa»
¿Cómo deberían ser? Asesinos, cariño. Asesinos fríos como la piedra que nunca tienen suficiente de ese sabroso tipo A positivo. Cazadores. En otras palabras, América de Medianoche. Rojo, blanco y azul, con acento en el rojo. Esos vampiros han quedado secuestrados por un montón de romance de baja estofa»
Este
párrafo —muy acertado, por cierto— es de Stephen King. Y lo incluyo no sólo por
toda la verdad que encierran sus palabras sino porque además el propio King,
junto con Scott Snyder, participó en el guión del primer número de la colección
American Vampire. ¿¡Un cómic de vampiros
DE VERDAD en el que participaba King, el autor de El misterio de Salem’s
Lot!?
¿Podía resistirme? ¡No! Así que, en su momento, cuando salió el número uno,
hace ya tres años, (¿¡tres años y no os he hablado de este cómic!?) me lancé de
cabeza por él. Y me gustó. ¡Mucho!
Vampiros
terribles, feroces, sedientos de sangre, con unas manos con dedos que parecen
cuchillos capaces de cortar cabezas… ¡Sí! El género volvía a contar con una
buena obra más que equilibrara la balanza.
Desde
entonces han caído todos y todos han mantenido un gran nivel narrativo y de
calidad. Tanto me gusta esta serie que la imagen de mi perfil de twitter es la de Skinner Sweet, uno de los vampiros
más carismáticos y canalla que hayan existido ever. De hecho, es el primero de
una nueva raza de vampiros, el primer vampiro americano, —aunque lo correcto
sería decir norteamericano, pero como los yankis se han apropidado de la
palabra América y sus derivados, vamos a dejarlo así. Más poderoso y resistente
que los viejos y decadentes vampiros europeos y con la peculiaridad de poder caminar
bajo el sol.
Antes
de seguir debo avisar de que, al contrario que en otras colecciones comiqueras,
American Vampire merece leerse desde el
principio y en orden, ya que, aunque suelen ser historias autoconclusivas, los
personajes principales han sufrido tantos giros, aventuras y evoluciones argumentales
que si no se sigue el orden de lectura cronológico el lector puede perderse, y,
de hecho, se perderá.
Y
entrando ya en materia, ¿qué encontramos en American Vampire 5? Pues dos historias que transcurren en 1954 hábilmente
enlazadas para que parezcan una y las dos la mar de entretenidas, aunque es la
segunda la que contiene el grueso principal de este volumen. En ella, nuestra
vampira Pearl Jones, se verá obligada a trabajar para los Vasallos del Lucero
del Alba (una organización a lo Van Helsing), para vengarse de un ataque que
han sufrido ella y su marido, Henry, —humano— de un aquelarre de vampiros
malvados del que Henry ha quedado muy malherido (tal y como acabó el tomo 4).
Los Vasallos han recibido informes de que algunos integrantes de dicho aquelarre
pueden estar siendo ayudados por magnates de la industria de Hollywood. Aquí es
donde la “caza de brujas” de la época, se convierte en “caza de vampiros”.
La reseña completa en LyL.
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