Si Marvel tiene sus What if…? (¿Qué pasaría si…?), DC tiene
su equivalente en los elsewords
(otros mundos). La gracia, lo divertido, tanto de unos como de otros —cuando
están bien hechos, bien pensados y cuentan bien una buena historia— es, precisamente, la propia definición del concepto.
En el caso de los elsewords ver a los superhéroes de DC fuera de sus
localizaciones habituales y colocarlos en épocas y contextos tanto reales como
inventados, sin tener que contar con el lastre de la continuidad con ninguna
línea editorial. Así, hemos podido ver en Superman:
Red Son qué pasaría si la nave-cuna de Superman cayera en Rusia en lugar de
en Kansas; qué haría Batman si coexistiera con Jack el Destripador en Batman: Luz de gas; cómo los mejores
héroes se retiran tras el exilio de Superman al ser destruida Kansas por una bomba
atómica y quedar los metahumanos haciendo y deshaciendo a su antojo, más
villanos que héroes, en Kingdom Come;
a Batman luchando contra Aliens, Depredadores y hasta contra el mismísimo
Drácula… y una larga variedad de historias alternativas.
Y todo esto, como digo, está bien
y tiene su cosa cuando está bien planteado y sobretodo cuando, como en Batman: Nueve vidas, puedes comparar a
cada personaje, ya sea de los buenos o de los malos, en su rol habitual con el
que desempeña en el elseworld de turno. Y no sólo eso. Juzgas, y más aún en
este caso, si el guionista ha acertado o no al darle a cada actor el papel asignado
en un universo sin superpoderes ni gadgets, más cercano a la realidad que a la
fantasía heroica.
Batman: Nueve vidas es un cómic de género noir. Muy muy noir y muy
muy clásico. Seguir leyendo aquí.
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