Cada vez que pienso Odisea (y no es que piense mucho en ella, tan solo cada vez que lo hago) me
viene a la cabeza aquella vieja película cuyos efectos especiales eran lo más
de la época y que eran obra del recientemente fallecido Ray Harryhausen. Sí,
ahora cualquiera los ve y sonríe, pero para muchos siguen siendo entrañables.
Creo que la peli era Furia de Titanes (hablo de la buena, no del remake) y sí, ya lo sé, mitólogos empedernidos,
ya sé que ahí lo que se narra es el viaje de Perseo para matar a Medusa, pero a
mí me viene a la cabeza esa peli… y también Ulises 31.
Nunca hasta ahora me había llamado la atención ningún libro
de Manfredi. Sus portadas espectaculares no eran suficiente gancho porque el
contenido no me atraía en absoluto. Así que este ha sido el primer libro (y
forzosamente no va a ser el único) que he leído de él. Lo cogí con ganas, pero
también con miedo. La mitología es algo que me gusta mucho, sobre todo la
griega, pero siempre que he medio profundizado en ella he acabado haciéndome un
lío con todos los nombres y parentescos familiares entre héroes, dioses y
mortales. (Uno acaba pensando que la mayor parte de las historias mitológicas
son debidas a rencillas familiares… y sobre todo a que Zeus no sabe controlar
su divino miembro…)
El cague también venía porque no buscaba una lectura
academicista, un tocho aburrido, una sucesión de nombres (recuerdo la vez que
intenté leer Iliada…) No. Quería
aventuras, quería saber más de Ulises, y lo he tenido.
El juramento es el
primero de los dos volúmenes que Manfredi va a dedicar a la figura de
Odiseo/Ulises. La portada es más que significativa acerca del contenido de este
primer tomo: desde su nacimiento hasta la guerra de Troya.
Quien más y quien menos conoce, grosso modo, la historia de
Ulises y el caballo de Troya y lo complicado de la vuelta de aquel a su Ítaca
natal tras la guerra. Pero poco sabemos de lo ocurrido antes, del porqué de ser
conocido por sus ardides, de su infancia, su padre (uno de los argonautas)…
No sé hasta que punto Manfredi respeta la mitología y donde
da rienda suelta a su licencia creativa (me da que Aquiles no hablaba con sus
caballos y que si lo hacía estos no le contestaban, y ya puestos, si lo hacían,
no creo que le contestarán y aún más que le predijeran el futuro), pero lo que
ha hecho con la historia de Heracles,… eso es algo más que tomarse una cierta
libertad, vamos, digo yo. Que el resultado es más novelesco, sí, pero es muy
traidor a la mitología.
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