Bueno, pues al final llegó lo que
tenía que llegar. El volumen tres de Blue Estate. El
último, el que cierra todo un lío padre de tramas criminales interconectadas.
Una pena despedirse de una
colección tan sumamente divertida, breve y bien realizada.
Si lees esto seguramente ya sabes
de qué va este cómc. Dinero, joyas, stormtroopers, termitas, tiroteos,
torturas, mafia italiana, mafia rusa, sexo, caballos emporrados, persecuciones,
traiciones, peleas, explosiones, más dinero, más sexo, más termitas y algo de
humor.
Básicamente eso es Blue
Estate 3 y, básicamente, eso son los tres tomos de esta gran serie.
¿Qué más puedo decir de un cómic
del que ya he dicho todo en sus dos anteriores entregas? Sigue la misma línea,
no ha bajado para nada el nivel, y eso es muy difícil y muy de agradecer. Se
nota que la historia estaba clara desde el principio, que no han improvisado a
medida que iban saliendo los tomos.
Y como tengo que seguir alabando
la obra de Viktor Kalvachev redundaré en
que tanto fondo como forma son muy cinematográficos: beben, consciente o
inconscientemente, de Tarantino, Scorsese, Ritchie, los Coen… Se podría decir
que es un storyboard coloreado y que se lee en un suspiro y su sabor perdura
bastante tiempo después.
A pesar de sus muchas virtudes,
conviene tener frescas tramas y personajes. Si hace tiempo que se leyó el
segundo volumen este tercero podría llegar a hacerse confuso en algún momento.
Por eso recomiendo vivamente la lectura de los tres tomos seguidos. No
obstante, hay un sumarísimo resumen a modo de recordatorio de quién es quién y
qué relación tiene con quién al inicio del tomo.
El dibujo, a cargo de nueve
dibujantes, sigue siendo espectacular, el color impecable y la maquetación ídem
de lienzo.
La reseña completa aquí.
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