Si un libro empieza así “La
noche anterior a mi primer día de trabajo como profesora no pegué ojo. Inmóvil
en mi lado de la cama, me sumí en una excitada espiral de callada masturbación.”
no puedes evitar seguir leyendo. Y lo
haces.
Cuando a la vuelta de la hoja la protagonista, Celeste
Price, afirma que el único problema que tiene con su marido es su edad (ella
veintiséis, él treinta y uno) porque supera en diecisiete años la edad que
acapara todo su interés sexual y calculas rápida y mentalmente que la edad a la
que se refiere es los catorce años, comprendes que tienes entre manos un libro
polémico que no va a gustar a todo el mundo.
Celeste es una mujer hermosa no: lo siguiente. Tanto que su
abogado defensor alega en el juicio que “es
demasiado bonita para ir a la cárcel”. Incluso su marido lo es (“ganadores de la lotería genética”, “poseedores de rostros que parecen retocados
con PhotoShop”, se afirma también en esa primera página). Sin embargo a
Celeste lo que le pone son los muchachos de 14 años.
Reseña completa en LyL.
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