Todo el mundo sabe (no, es mentira, todo el mundo no lo
sabe) que los tres pilares básicos, la santa trinidad de DC son Batman,
Superman y Wonder Woman. De hecho, incluso tienen un tochazo en tres volúmenes
con ese nombre, Trinidad.
Creo que no me equivoco si digo que los más conocidos son
Batman y el boy scout (nunca acabará de gustarme Superman aunque reconozco que
algún cómic no está mal) y que en nuestro país Wonder Woman ha tenido menos
importancia (esa es al menos mi impresión). Tal vez tenga menos tirón o el
hecho de que, hasta ahora, no haya tenido traslación a la gran pantalla hayan
influido en ello, no lo sé, no soy analista…
El caso es que a mí nunca me había llamado la atención este
personaje y hasta la fecha solo había leído Hiketeia, y solo porque fui atraído
por la poderosa portada en la que se ve una bota (la de WW) pisando la cabeza
de Batman. La historia fue buena y me dejó no solo un buen sabor sino también
un pósit mental para el momento en el que saliera un reboot u otro contar los
orígenes de la amazona.
Pues bien, el momento ha llegado. Arrastro el pósit mental
al icono de la papelera y me adentro en Wonder Woman: Sangre.
Es una suerte que me encante la mitología ya que debido a
los orígenes mitológicos de Wonder Woman
(también conocida como Diana Prince o, la princesa de Themyscira, o la
princesa de las amazonas…) la trama que nos ocupa abunda en personajes de los
mitos griegos.
¿Y qué tenemos en este cómic? Pues, en el fondo, una
tragedia griega. Zeus se ha largado del Olimpo y su mujer (y hermana, estos
griegos…) quiere el trono. Además, Zeus siempre ha sido un pichabrava, y en
consecuencia Hera siempre está de malhumor debido a una larga lista de
infidelidades de su marido… Además, vengativa es poco para definir el carácter
de Hera (no olvidemos que intentó matar a Hércules cuando era un bebé, enviando
dos serpientes para matarlo…)
Reseña completa en LYL
No hay comentarios:
Publicar un comentario