Cuando vi el título y la portada
con el mono siniestro, que, iluso de mí, me recordaba a La pata de mono de W. W. Jacobs, ya sabía que el cómic iba a caer, pero
se encargó de reafirmármelo el subtítulo (Entra
y descubre este recopilatorio terrorífico). Y, aunque la información de la
editorial lo indicaba con claridad, supuse que se trataba de historias cortas
sin más. Sin embargo, las historias contenidas en este volumen no son historias
cortas y ya. Son pequeños grandes clásicos de la literatura de terror adaptados
al formato cómic.
Reseña completa en LyL.
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