Suele pasarme que los tebeos en formato apaisado (La casa, Universo, Estamos todas bien,…) me dejan con muy buen sabor de boca. No es algo que vaya buscando ni tampoco es algo importante, simplemente es algo que he constatado que me pasa. Uno de esos cómics nombrados, Estamos todas bien, del que me deshice en elogios en su día, es de los que te dejan huella. No solo por la temática tratada sino por el desconcertante y peculiar estilo de su autora, Ana Penyas, que en 2018 (dos años ya y parece que fue hace dos días) ganó muy merecidamente el Premio Nacional del Cómic.
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