Tanto tiempo esperando leerlo, tanta fama que tiene, y madre mía, qué tostonazo. De las 1120 páginas me he rendido en la 123. Me es imposible seguir con el triángulo amoroso-filosófico de los fans de Beno von Archimboldi. Hay que ver cómo se enrollan y divagan y divagan y vuelven a divagar los protas. Como una frase de Javier Marías, pero con puntos y comas (aunque prefiero a Javier Marías).
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