Bueno, nenes. Lo siento pero no
me voy a andar con chiquitas. No, cuando se trata de este cómic. Si el volumen
uno de Blue Estate fue la hostia, este Blue Estate 2, con la trama ya más
desarrollada y dada rienda suelta al desbarre, es la re-hos-tia. Así de claro.
Y eso es porque, como el mismo
cómic se encarga de publicitarse a sí mismo, Blue Estate es algo más que balas,
algo más que chicas, algo más que mafiosos, algo más que pulp… es un estado
mental. Y eso que yo no diría tanto. Está bien. Está cojonudamente bien. De lo
mejor en género negro (ya sea novela, cómic o cine) en mucho, pero que
muchísimo tiempo.
Por si fuera poco, tiene además
más dosis de humor que el anterior volumen y están tan bien encajadas que la
sonrisa se extiende de oreja a oreja. (Impagable, por cierto, el homenaje a Dexter: “Esta noche es la noche…”).
El dibujo sigue siendo
fantástico. Me encantan todos y cada uno de los dibujantes (y son al menos
ocho) que participan en este proyecto, en el que cada pocas páginas se pasan el
testigo, cada uno con su estilo, pero todos enmarcados en unas pautas comunes.
En cuanto a la historia, sería
absurdo incidir en que es primordial la lectura del tomo primero antes de
ponerse con este, porque de lo contrario te armas un puto lío pues el reparto
es tan grande que incluso con el medio resumen (muy chulo, a propósito) que se
hace al principio, tuve que releer por encima el origen de todo para recordar
nombres y detalles. Así de entrelazadas, cual Pulp Fiction, están las tramas…
Reseña completa, aquí.
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