Después de los relatos de E. A. Poe y de Miguel Strogoff, creo que las siguientes
lecturas que hice por iniciativa propia, allá por los inconscientemente felices
y prepandémicos años de BUP e influenciado por un amigo, fueron las de Stephen
King. Eran los tiempos en los que King no solo escribía de puta madre (como
sigue haciendo ahora), sino que terminaba sus historias bien, de forma
coherente, sin metáforas chorronas o simbolismos que empañaran el resultado
final de sus libros y restaran puntos de calidad al global de la obra.
Reseña completa en LyL.
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