“Me gustaría creer que estoy contando un cuento. Necesito
creerlo. Debo creerlo. Si esto es un cuento, puedo decidir el final. Porque
habrá un final, y tras él vendrá la vida real. Pero no estoy contando un
cuento.”
Tenía muchas, pero muchas ganas de leer este cómic. Confieso
que de la serie solo vi el primer episodio y creo que parte del segundo, pero
se me hacía demasiado lento el ritmo. Sí, ya sé que ahora nos hemos
acostumbrado a que todo sea rápido e inmediato, que hay gente que incluso
escucha podcasts y ve series a una
velocidad de 1,5 o más, que lo queremos todo y lo queremos ya, y que a la
mínima que algo pierde un ápice de interés en la pantalla ya tenemos la vista
en otra pantalla, en la del móvil… Y también sé que cada cosa lleva su ritmo (aunque
eso no signifique que sea el correcto) y eso no es malo, pero tal vez no era el
momento en el que tenía que descubrir esa historia. Y puede que tampoco fuera
el formato.
Reseña completa en LyL.
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