Me la han vuelto a jugar. Los de cuatro. No aprendí la lección con Perdidos. Bueno, con Perdidos sí que la aprendí, pero pensé que no iba a repetirse la historia. Pensé mal.
El miércoles pasado Cuatro estrenaba Spartacus: sangre y arena. Una mezcla entre la peli de Kubrik, escenas a lo 300, sangre a mansalva y sexo. No estaba mal. Total, un miércoles antes que Hospital Central, cualquier cosa. Además, la crítica bloguera afirmaba que la serie iba de menos a más.
Pues bien. El miércoles pasado Cuatro emitió el primer episodio a las 22.30 y después emitió el segundo, que ya no me quedé a verlo por que al día siguiente hay que madrugar, y lo vi vía internet.
Por tanto, ayer debían emitir el episodio tercero a las 22.30.
Sin embargo, tras un breve resumen de lo sucedido en los episodios 1 y 2, vuelven a emitir el episodio 2, y pasan un rotulito anunciando que el tercer episodio lo emitirán a las 23.45.
Genial, Cuatro. A las 23.45 lo va a ver tu padre.
¡Cómo pueden jugar así con una serie y con sus espectadores! ¡Para qué gastan tanto en promocionarla, si luego la programan como les da la gana!
Esta vez sí que he escarmentado.
Gracias a Dios, toda la primera temporada, y parte de la segunda, puede verse cómodamente on line, y es lo que pienso hacer.
Cuatro, nunca más. Cabrones.
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