14 marzo 2014

#Chica de serie B, 2




¡¡Señora, señora!! ¡¿Pero qué hace? ¿No ve que ya está aquí el tomo 2 de la chica esa de serie B? Ande y no moleste.
Sí, la cosa esa del cómic con los amparismos y mucho autobombo tanto del primer tomo como del segundo, y la arqueóloga y los zombisaurios, y los lagartos de V y, y… y claro, siendo Sarnago como es, no podían faltar las tetas y culos a diestro y siniestro, y el propio Sarnago dibujado, muy machote él, como superhéroe incluso, (faltaría más, menudo es).

Bueno, ¿y qué es esto de #Chica de serie B, 2?
Pfff… ¿cómo te diría yo?... ¿No te has leído #Chica de serie B, 1? ¿No? Mmmm… ¿Y has probado a buscar en Wikipedia? Ah, que no viene… Bueno, pues #Chica de serie B, 2 es, como el 2 indica, la segunda y cronológica parte de unas tiras que en origen se publicaban on line y que con el tiempo Sarnago vio que tenía la posibilidad de publicarlas en cartoné y se dedicó a fundir cuervos para conseguir la pasta necesaria para ese fin con la ayuda del señor Verkami.

En este segundo tomo, aparte de “alguna” referencia a la trama del primero, tenemos también referencias a la cultura popular de los 80, 90, cómics de superhéroes (Batman, Superman, Spiderman (la saga del clon es importante aunque no hace falta haberla leído –de hecho yo no la he leído–) … y tampoco es necesario haber leído cómic alguno aunque, en ese caso, ¿qué haces leyendo la reseña de un cómic?), series de televisión y, sobre todo, lo que hay en este cómic son reflejos de lo que le pasa al autor en su día a día: dibujar las viñetas, el sexo con su novia arqueóloga, sus intentos de ganar perrillas como comercial de Energía Azul, la promoción y problemas para editar su primer tomo, parkour, su aparición en Un país para comérselo, sus aventuras como Superior Sarnago acompañado por Kick-My-Ass-Girl…

Y tetas y culos…

La reseña completa, aquí.

11 marzo 2014

Lolito






Confieso que lo primero que me hizo acercarme al libro fue el título. Me hizo gracia. Me hizo mucha gracia. Me atrajo especialmente, aunque todavía no había decidido si leerlo o no.

Confieso que no esperaba un comienzo así:

“Lolito, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-to: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. To.

(Y lo cierto es que no lo tiene).

Confieso que leyendo la contraportada, mis dudas se disiparon, y no precisamente porque en ella se compare a Lolito con El guardián entre el centeno, no. (Es más: El guardián entre el centeno es uno de los pocos libros que he leído dos veces. La primera, de muy joven, cuando no sabía nada acerca de todo lo que rodeaba a ese libro. La segunda, porque no lo recordaba bien y quería comprobar si de veras era para tanto. No lo era. Estaba sobrevalorado y punto).

Lo que me decidió fue saber que Etgar, pues Doloros no es el nombre del trasunto de Holden Caulfield en este libro, es un quinceañero que ve documentales y videos sádicos; bebe Nesquik de fresa (¿de verdad existe eso?) y piensa como lo haría un adulto algunas veces (incluso a un nivel mayor que muchos adultos) pero también tiene actitudes y comportamientos propios de un chico de 15 años o menos, que se emborracha y se aburre mucho.

Etgar tiene una novia, Alice, pero durante los cuatro o cinco días de vacaciones de Pascua en los que transcurre la historia ella se va con su familia a Antigua y él se queda sólo en casa con Admunsen, su perro. Será entonces cuando metiéndose en Facebook descubra que Alice le ha sido infiel y, entre cabreado y aburrido, solo querrá quedarse tumbado en la cama  y navegar por los chats adultos de sexo. Adultos, sí, nada de adolescentes. Le duele Alice, pero no quiere verla más. Que te jodaannnnnnnn, Alice.

No creo que debamos ser amigos porque te he visto el coño y sería raro. Cuando se me olvide cómo es podremos ser amigos, pero a lo mejor entonces ya seremos viejos.

La reseña completa aquí.




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