“En esencia el arte de matar
consiste en convertir en veinte minutos a uno de los animales más bellos de la
creación en un picadillo tártaro ante un público alborozado.”
Este libro es, como se puede
deducir por el título, un alegato antitaurino en toda regla. Pero no solo antitaurino; se extiende más allá: es
una denuncia de esa extraña costumbre española con la que muchos españoles se
divierten, oséase: maltratando, torturando, matando, o las tres combinadas, a
cualquier pobre animal para festejar cualquier puto evento en honor a tal o
cual santo o virgen de cualquier remoto pueblo a lo largo de toda la geografía
española. Y, pueblos, hay muchos… Una denuncia que, a estas alturas de la
civilización, no debería hacer falta, pero como este sigue siendo un país anacrónico
de ranciedad, postureo, caciquismo, adoradores de tallas e imágenes, telebasura,
señoritos y flamencos anclados en una tradición arcaica y sangrienta se hace
más que necesario.
Reseña completa en LyL
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