Me gusta leer los
ganadores del Premio Planeta de las ediciones a las que asisto. Me gusta y los
leo siempre que crea que la historia que me van a contar va a ser interesante,
no es que me obligue a leerlo por el mero hecho de haber “participado” en el proceso.
Es una forma de cerrar el círculo, de poner la guinda a un trabajo bien hecho. Además,
ya que he vivido toda la ceremonia, el preámbulo y el espectáculo, ¿qué menos
que leer aquello sobre lo que, al fin y al cabo, gira todo ese circo “planetario”?
Lo hice en 2015, con Hombres desnudos;
en 2017 con El fuego invisible
(aunque el libro no me gustó y por ello no lo reseñé) y lo hago ahora, en 2018,
con Yo, Julia.
Reseña completa en LyL.