Si este año ya he
reseñado El porqué del color rojo, en
parte por ser de género negro y en parte por transcurrir por mis tierras, ¿cómo
no iba a hacer lo propio con el libro de hoy, que reúne las mismas condiciones
de género y geografía que aquel, y tiene el añadido de que el autor es, además,
logroñés? Pero, ojo. No os llevéis a engaño. No por compartir lugar de
nacimiento voy a ser menos imparcial. De hecho, Andrés Pascual ha publicado ya
varias novelas (El guardián de la flor de
loto, El compositor de tormentas,
El haiku de las palabras perdidas, Taj,…) y he pasado olímpicamente de
todas ellas porque ninguna de ellas me ha llamado lo suficiente como para
leerlas; el rollo oriental no es mi fuerte. Visto lo visto, o leído lo leído, está
claro que tendré que darles una oportunidad…
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