Es inevitable al
leer la frase “mi nombre es Legión” asociarla a La Biblia y pensar en una
primera impresión que estamos ante un libro de posesiones y/o demonios en un
mundo futurista:
Y él(Jesús) le preguntó(al hombre):
- ¿Cuál es tu nombre?
Y le respondió diciendo:
- Mi nombre es Legión, pues somos muchos.
- ¿Cuál es tu nombre?
Y le respondió diciendo:
- Mi nombre es Legión, pues somos muchos.
Pero no es así. Ni por el forro. Y no entiendo que se
cambiara el título de este libro escrito entre 1969 y 1976 bajo el título, en
mi opinión, más correcto y definitorio de El
hombre que no existía por el de la susodicha frase bíblica.
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