Todos sabemos que los gatos quieren dominar el mundo, pero son
los perros los que tienen el poder. Este no es otro de esos libros de perros
que son animales de poder y se enfrentan a fuerzas del mal ni de perros
desalmados que juegan con los ahorros de las personas decentes en Wall Street.
Ni siquiera es de esos en los que se narra el auge y caída o caída y auge del
perro de clase obrera que triunfa en un reality
show y hace anuncios de cacahuetes garrapiñados. No. Si buscáis eso en este
libro, ya os podéis ir con viento fresco.
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