16 diciembre 2014

Prohibido excavar en este pueblo


Ha sido toda una suerte y una casualidad encontrarme con Prohibido excavar en este pueblo. Me llega un poco tarde pero no importa porque en lo básico coincide con “mis labores de documentación”. (Hace unos meses acabé de escribir la continuación de mi novela Valeria, y uno de los escenarios era la extraña iglesia de Rennes-le-Château. Desde que tuve conocimiento de su existencia supe que iba a formar parte importante de mi trama y es que tanto el cura, como la iglesia, como todo lo que rodea a estos, da para varios libros y programas de Cuarto Milenio).

Y he aquí encuentro este libro de Óscar Fábrega para intentar arrojar algo de luz a tanto misterio, un misterio tan interesante que te atrapa y no te suelta.

Pero… ¿cuál es ese misterio?
A finales del siglo XIX, Bérenguer Saunière, humilde cura francés, se hizo enormemente rico gracias a algo que encontró en su iglesia, dedicada, por cierto, a la Magdalena. Nadie vio tesoro alguno (incluso hay investigadores que afirman que no hubo tesoro realmente)  pero el cura empezó a llevar una vida de lujo, reformó su iglesia, compró terrenos adyacentes y construyó en ellos edificios que desentonaban con el entorno, cambió de sitio algunas lápidas del cementerio y borró completamente una… Muchos vecinos están convencidos de que Saunière fue incapaz de gastar toda la fortuna a pesar de todos los gastos en los que incurrió.

La noticia atrajo a muchos “buscadores de oro”. Tantos que Rennes-le-Château tiene un subsuelo más parecido a un queso gruyere que a otra cosa, de ahí que el alcalde tuviera que prohibir las excavaciones en el pueblo.

Reseña completa en LyL.

13 diciembre 2014

Disjecta membra



Miembros dispersos. Esa es la traducción al español de la locución latina Disjecta membra, la primera, aunque no lo parezca, novela de Alberto Hontoria.
Y no lo parece porque está cojonudamente bien escrita, tanto el fondo como la forma, mostrando un dominio y un mimo tal en la escritura que ya quisieran para sí bastantes escritores con más de una obra a sus espaldas.

Al referirse a este libro hay quien ha mencionado a Batman, Spiderman, Daredevil e incluso Hulk. Y puede que sí haya un poco de todos ellos (de Batman está tanto el millonario filántropo como el mayordomo; de Spiderman el ya manido lema “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” que aparece siempre en este género; de Daredevil la figura de un héroe minusválido; y de Hulk… de Hulk no tengo ni idea). Sin embargo, a mí cuanto más avanzaba en la lectura más me venían a la mente los X-Men.

Pero… ¿de qué estoy hablando? Me he metido de lleno en un análisis comparativo sin contar de qué va Disjecta membra. Vamos a arreglarlo.

Amelia, estudiante universitaria, pierde sus dos piernas en un accidente de coche, Seth nació con el brazo izquierdo amputado y Jack perderá la vista debido a una degeneración progresiva de sus retinas. Estamos ante una triada de minusválidos que no se conocen entre ellos hasta que se cruza en su camino el muchimillonario Russel Cotard (trasunto de Bruce Wayne y Charles Xavier) y les propone convertirse en héroes gracias a unas prótesis que completarán sus cuerpos, pasando así de ser considerados minusválidos a superválidos. Esta es un poco la trama.

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05 diciembre 2014

Odiseo. El retorno



Por fin, justo un año después de Odiseo. El juramento, llega a mis manos la segunda y última parte de las aventuras del astuto héroe del poema de Homero: Odiseo. El regreso.
No sabéis cuánto lo esperaba. Hasta tenía marcada la fecha…Para alguien a quien le encanta la mitología y que ha crecido con (buenísimas) películas como Jason y los argonautas, Furia de titanes, o la serie El Cuentacuentos: mitos griegos (serie muy recomendable también) –por poner unos ejemplos– revivir, recordar e incluso, en la mayoría de los casos, aprender de Manfredi sobre el/los viaje/s de Ulises con detalle, es algo que merece muy mucho la pena. Y es que la triste verdad es que nunca he leído el poema original. Me gusta la mitología, pero por desgracia no me considero ni mucho menos un experto.

Me atrevo a decir que  casi todos nosotros conocemos hechos aislados (el caballo de Troya, el canto de las sirenas, los cíclopes, la historia con los pretendientes de Penélope, el sudario que esta tejía y destejía… vamos, los “hits” de la Odisea) pero quería conocer la historia entera y ordenada, así como aquellos hechos poco conocidos del héroe, que los hay y muchos.

Manfredi trató en la primera parte, El juramento, de la guerra de Troya. El origen y causas, el desarrollo…según el punto de vista de nuestro héroe desde su infancia hasta su madurez. Todo eso ya está contado y no volveré a ello.

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27 noviembre 2014

Verano de miedo, de Carlos Molinero



Dos días. Menos. Algo menos de dos tardes, en realidad. Eso es lo que me ha costado leer este  Verano de miedo, flamante ganador del Premio Minotauro de este año. Así de enganchado me ha tenido. Y me habría costado menos si hubiera tenido más tiempo libre, que conste.

Verano de miedo es un libro de… vampiros. “Hala, venga, otro de vampiros. Y cuando no son vampiros son zombis” dirá alguno. Pues sí, pero es que cuando me enteré de que una novela de vampiros había ganado el Minotauro, y tras leer la sinopsis, no pude dejar de jurar por la Sagrada Cofradía de la Sangre Negra que tenía que leerlo cuanto antes. Y así ha sido. Pero, cuidado, que Verano de miedo no es solo un libro más de vampiros.  Tiene una atmósfera especial. A mí me ha recordado a las pelis que veíamos de niños. Me ha producido una sensación de nostalgia de un tiempo de adolescencia de cuando vimos Los Goonies, E.T., Jóvenes ocultos, Noche de miedo… cintas en las que los protagonistas eran una cuadrilla de chavales unidos para conseguir algo o acabar con alguien... ¿Quién no ha llevado alguna vez una mochila con estacas a una acampada? Si a eso le unimos un poquito de El misterio de Salem’s Lot (sobre todo de la escena de la ventana, que creo que es lo más terrorífico de la teleserie basada en el libro de King) ¿y otro poquito, pero muy poquito de Zombis nazis? (que no sé, que igual esta última referencia solo asalta mi subconsciente de serie b –y solo vi un poco de esa peli–...) resulta un coctel cojonudo.
Pero además, si algo me ha gustado muchísimo ha sido la estructura del libro. Una estructura que agiliza la lectura, le imprime velocidad  y buen ritmo y la hace muy atractiva. Y también que es un claro homenaje a Drácula, el libro de libros de vampiros por excelencia. Si Drácula es una novela compuesta de diarios, cartas, telegramas, noticias de prensa...  Verano de miedo imita su estructura actualizándola a nuestros tiempos: posts y comentarios en blogs, chats, sms, faxes, programas de radio y televisión, mails, programas de fiesta y hasta manuales de instrucciones y recetas de cocina...

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10 noviembre 2014

"Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis", de Pablo Iglesias


A ver cómo hago esto, porque reseñar este libro no es como reseñar una novela al uso con su trama, su introducción, su nudo y su desenlace… No va a ser fácil, no. No sólo por no ser una novela sino porque a pesar de intentar ser objetivo e imparcial me temo que no lo conseguiré y acabaré dejando huellas de mis simpatías por Pablo Iglesias y su partido Podemos. Algo lógico, por otra parte, ya que de lo contrario no habría leído Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis.

Del mismo modo, intentaré moderar mi lenguaje y no meterme en exceso con los incompetentes, caraduras y cabronazos de políticos que han llevado (y están llevando aún) a nuestro país a la ruina mientras se forran a nuestra costa. Lo intentaré, pero no prometo nada contra esos hijos de…

Y también aviso de que va a ser inevitable que cite frases o incluso puede que párrafos del libro. Los pensamientos de Pablo Iglesias, (todavía no he comentado que el libro es un conjunto de reflexiones políticas, de “argumentos y técnicas de combate político y una aportación a combatir la ideología de los que niegan la posibilidad del cambio político” hechas antes de que Podemos se convirtiera en el fenómeno en el que ha llegado a convertirse –allá por finales del verano de 2013–) están tan claramente expuestos que sería una absurdez no aprovecharlos tal cual.

No voy a entrar en detalles pero sí que me gustaría resaltar algunas de estas reflexiones que se reparten a lo largo del libro y para ello me parece importante señalar el concepto de democracia para el autor de este libro.
Para entenderlo no hace falta ir hasta los griegos. Basta con ir hasta la Revolución Francesa, que arrebató el poder a los nobles y al rey para entregarlo al Tercer Estado. La propiedad privada ha sido el eje jurídico vertebrador de las relaciones entre economía y política. Los fundadores de EEUU construyeron un régimen político basado en la protección de los intereses de los propietarios de tierras y de esclavos. Desde entonces, político se equiparó a propietario y los que acaparan el poder insisten en que la democracia es solo un procedimiento de selección entre élites para ejercer el control de la administración. A ellos les basta que pueda elegirse entre el partido A y el B para que haya democracia. (Y entonces recuerdo las declaraciones de las ínclitas Sáenz de Santamaría, Cospedal y Rajoy, entre otros, decir que la irrupción de nuevos partidos en la escena política debilita la democracia… Ya… lo que debilitan es su parte de pastel, que tiende a reducirse o a desaparecer…)

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29 octubre 2014

Una madre


Si mi trabajo consistiera en idear frases ingeniosas que fueran impresas en las bandas promocionales de los libros (esas que algunos libros llevan, que usamos como punto de lectura y que al acabarlo acaban en la basura, al menos en mi caso) para este encargo no me lo pensaría mucho: “Te revienta las entrañas”. Así de claro, así de impactante y así de sincero. Sin exagerar nada. Emotivo es poco…

Y, sin embargo, qué difícil es hacer una reseña de este libro en la que se pueda trasladar todo lo que he sentido al leerlo y todo lo que el libro cuenta…

Habrá que empezar por algún sitio… (Sí, ya me he dado cuenta, los tres párrafos acaban con puntos suspensivos, qué le vamos a hacer).

De siempre me han gustado las tramas de familia, las tramas en las que se ven las trayectorias de sus miembros, de saber cómo han cambiado de lo que eran a lo que son ahora, de sus recuerdos y nostalgias, tan comunes a cada uno de nosotros y tan diferentes al mismo tiempo.

En Una madre, nos situamos en Barcelona, horas antes de la cena de Nochevieja. Amalia, la madre –65 años–  y prota, por fin ha podido reunir a toda la familia y está nerviosa por ello. Por ello y porque intuye que será una noche de acontecimientos, en la que lo único que le va a importar es estar con los suyos con “su sangre” y, si es posible, intentará ayudar a todos y que se hable de todo lo que se calla porque en esa familia “cuesta tanto decir las cosas”.

Como un invitado más nos sentaremos a la mesa cual convidados de piedra para asistir a sus conversaciones y enterarnos de sus heridas, sus secretos y sorpresas.
El retrato que Alejandro Palomas hace de la madre es tragicómico. Por un lado se nos presenta como alguien con pocas luces que es capaz de creerse timos de los que cualquiera pondría tierra por medio o como una samaritana capaz  de guardarle a un joven del parque una “paquete de harina” o incluso como alguien que contrata tres líneas de ADSL sin tener conexión a Internet. Pero por otro lado es de todo menos tonta porque se da cuenta de todo. De todo. Es más. En ocasiones parece que sea demasiado lista y el resto del tiempo se haga la tonta.

Y es que tras divorciarse de un hombre que fue mal marido, mal padre y estafador  Amalia se desató y comenzó a vivir la vida como nunca antes. Esa será una de las lecciones de este libro. Vivir sin miedo, porque no hay nada más triste que llegar a una edad y no haber vivido lo que se ha podido vivir. Y esto que parece tan lógico y obvio, muchas veces se nos olvida. Amalia se preocupa por sus hijos, sufre por ellos y quiere que sean felices, especialmente Fer, el narrador de esta historia, quien ha decidido esconderse de la vida. Pero todos, tanto sus hijos (Fer, Silvia y Emma) como el tío Eduardo tienen sus cosas y es Amalia quien carga con parte de ese peso.

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19 octubre 2014

Elizabeth ha desaparecido





“Elizabeth ha desparecido” no solo es el título de este libro. Es también el mantra que Maud se repite a sí misma, la frase que apunta en papelitos que va dejando por su casa (y en otros que también mete en su bolso y caen de él cuando rebusca en su interior), pero  que no recuerda haber escrito a pesar de reconocer su letra. En el bolso también tiene papeles con recetas, listas de la compra y demás… y la casa la tiene plagada de notas del tipo “nada de cocinar”, “ni siquiera huevos”, “no comprar más latas de melocotón”… Su vida es el post it del post it del post it…

“¿Cómo resuelves un misterio cuando no recuerdas las pistas?” es la frase que aparece en portada, la que te vende el libro, te inyecta el gusanillo de la intriga y también, junto a la foto de una silla vacía mirando a una ventana abierta, te aclara algo por donde pueden ir los tiros de esta novela. Y es que…¿cómo no va a querer leer una novela así un aficionado a la novela negra? ¡De cabeza!

A decir verdad la ¿desaparición? de Elizabeth no será el único misterio que Maud, de ochenta y dos años (no setenta como figura en la contraportada) tendrá que desvelar ya que a medida que vamos avanzando en la lectura somos testigos de cómo su alzheimer hace lo propio.

Olvidarse de que acabas de desayunar y volver a hacerte unas tostadas y un té, no poder seguir una conversación porque olvidas de que estabas hablando, tener la sensación de que tienes recordar algo sumamente importante y no poder hacerlo, caminar por la calle sin saber cómo has llegado hasta ahí, olvidar los nombres de las cosas… Para ella todo son, poco a poco, más y más misterios. Como para ponerse a hacer de detective…Son tantas y tantas las escenas cotidianas en las que usamos la memoria sin darnos cuenta y que nos parecen tan normales. Si a todo esto le sumamos que a Maud el tema de Elizabeth le obsesiona y que hay detalles que la retrotraen a setenta años atrás, en el Londres de después de la Segunda Guerra Mundial –cuando tiene lugar otra desaparición en su vida, la de su hermana– y que a veces confunde pasado y presente, tenemos un cacao impresionante en la cabeza de la pobre Maud.

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26 septiembre 2014

El expreso de Tokio


Creo que este es el primer libro policíaco japonés que he leído en mi vida, y no por ninguna razón especial. Es algo que me dio que pensar e investigar un poco. Así que, ni corto no perezoso, cuando la rubia de ojos misteriosos y piernas largas, tan largas que llevaban al mismísimo suelo, me contrató cogí la gabardina y el sombrero y bajé al bar de Mike a tomar un copazo y a encender un cigarro. Después de unos cuantos tragos volví al piso (llamarlo hogar sería pretencioso cuando solo hay una cama y una botella de güisqui para hacerme compañía) haciendo eses, pero con la satisfacción de haberle sacado al camarero la información que buscaba. A saber: aunque este género es muy popular en Japón, apenas se ha traducido en España y otros países hispanohablantes. Afortunadamente, gracias al tirón de Murakami, las editoriales están poniendo remedio y se están lanzando a traducir más noir nipón.
(Fin de la investigación y 200 pavos bien ganados).

Pesquisas aparte, si obviamos los nombres (Mihara, Toki, Yasuda, Tomiko, Sayama,…) lo que más me ha llamado la atención de El expreso de Tokio ha sido la ausencia de alcohol por contraste con el policíaco yanki. Hace poco leí El asesinato como diversión, de Fredric Brown, (muy recomendable, por cierto), y en él el protagonista forzosamente debía de averiguar la identidad de un asesino. Era raro el momento del día, ya fuera en su casa o en el bar, en el que no estuviera bebiendo. Incluso una de las frases que soltaba y que se me quedo grabada venía a decir más o menos: “…no sé qué hacer. Voy a beber algo…”
En cambio aquí, el subinspector Mihara tomará cafés y se pondrá muy contento (mente limpia, eh) al hacerlo.

Pero bueno, esto no son más que hechos “circunstanciales” y El expreso de Tokio se configura como un grandísimo ejercicio de precisión, es una auténtica maquinaria de reloj suizo. ¿Y por qué lo digo? En seguida lo explico.

Los cadáveres de un funcionario, de un ministerio sobre el que se está llevando a cabo una investigación por corrupción, y de una camarera aparecen en la playa una mañana. Dada la postura y proximidad de los cuerpos en el acto se da por hecho que son amantes que se han suicidado juntos. Sin embargo, al veterano policía Torigai algo le chirría y decide que no está todo tan claro. Sus sospechas serán el inicio de algo que tendrá que completar el subinspector Mihara.

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25 septiembre 2014

Ven y enloquece y otros cuentos de marcianos. Ciencia ficción completa/1


¡Ahh, Fredric Brown! Pensar que en mi puñetera vida había oído hablar de este señor y de repente este mismo mes dos libros. La vida, la vida… Así es. Gracias a la promoción de un conocido periódico que este verano tuvo la ocurrencia de sacar la colección “Grandes clásicos de la novela negra” he podido ampliar mi biblioteca noir con tres ejemplares y uno de ellos era de Brown. El asesinato como diversión se reveló como una obra corta pero adictiva, con un argumento altamente original y con un sentido del humor que no suele ser propio de este tipo de lecturas. Es por ello que me quedé con el nombre del autor y cuando apareció ante mí la oportunidad de leer algo más, esta vez de cifi, no lo dudé.

Y no me equivoqué…

Ven y enloquece y otros cuentos de marcianos/ Ciencia Ficción completa/1 contiene 27 cuentos en sus 451 páginas (sí, 451, como Fahrenheit…) en los que aparecen elementos de todo tipo.

Hay que aclarar, aunque está implícito en el título, que no se trata de una antología con lo mejor de lo mejor, sino del primer tomo de la obra completa de Brown en este género. Pero, pero, pero… (que diría Mayra Gómez Kemp) sorprende encontrarse con algunos relatos que tienen de ciencia ficción lo que yo de astronauta. Así, en Los Geezenstack nos encontramos una historia de terror puro y duro. Una historia muy buena, por otra parte, pero que en mi opinión, no debería estar incluida en este tomo. Lo mismo sucede con El asesinato en diez lecciones fáciles, un relato de gánsters, algo regulero además. La broma y No mires atrás son los otros dos cuentos que no encajan en un libro de ciencia ficción. Y si no…¡desmiéntelo!

Mis cuentos favoritos, y son muchos, sin otro orden que el de aparición son:

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13 agosto 2014

Retrato de una bruja




Aunque el tema de las brujas, la Inquisición, demonios, ciencias ocultas y cosas del estilo me gustan bastante tengo que admitir que, o he leído pocos libros sobre el tema o mi memoria no recuerda los que he leído (a excepción de la siempre recomendable Ars Mágica, de Nerea Riesco).

Sin embargo, no podía prever que este Retrato de una bruja iba a gustarme tantísimo. La manera en la que Castresana (que quedó finalista del Planeta en 1970 por esta obra) narra y las “cosas” que narra, parecen tan increíblemente reales, que cualquiera diría que, no solo ha participado en aquelarres sino que fue él mismo quien registró el procedimiento para poder acceder a ellos y el desarrollo de estos. Así de claro. Tal es el grado de precisión y detalle…

Estamos en algún sitio del País Vasco en algún año del siglo XVIII. Ana, noble por ser hija del señor de la torre, y Martín se quieren mucho, como la trucha al trucho. Pero he aquí que la madre de Martín, una mala pécora de nombre Engracia, quiere que su hijo vaya durante un año a la Corte, en donde tiene a un primo que se ha comprometido a enseñarle y espera que pueda sacar algo de provecho. Cuando la pareja se despide se prometen como novios. Él promete regresar pronto y ella esperarle. Sin embargo, pasará el año y Martín no vuelve. Engracia, que veía con buenos ojos la relación entre su hijo y Ana porque así presumía de posición social, empieza a rechazar a Ana. El tiempo seguirá pasando y un día a Ana le llega la noticia de que Martín se ha casado con la hija de un conde y tiene hijos…

Rota de dolor y buscando alivio, comienza a ver a una anciana que vive a las afueras del pueblo y a la que todos dan por bruja. Será ella la que poco a poco la inicie en toda la surtida gama de conjuros, hechizos, aquelarres, encuentros carnales con Martín y hasta con el Señor de la Noche (no, Batman no, el otro).

Lo mejor del libro es que sin darnos cuenta, hemos asistido al proceso por el que una mujer normal se convierte en bruja, tanto física como mental y espiritualmente y todo ello narrado con una prosa fácil, amena y ligera.

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31 julio 2014

Se traspasa


¡Ay, el verano! Y las jovencitas. Las jovencitas y el verano. Y entre las jovencitas, Cloe. Cloe, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Clo-e: la punta de la lengua emprende un viaje de dos pasos desde el borde del paladar para apoyarse… Va, venga, va. Que esto no es Lolita aunque pueda parecerlo. Esto es Se traspasa y va de un tío que tiene poderes pero no es un superhéroe. Es un tío que sabe lo que quiere la gente, pero no porque les lea las mentes, sino porque de pequeño, conoció a una anciana vendedora de tabaco que le reveló lo importante que era fijarse en los detalles para así, algún día, poder convertirse en Sherlock Holmes y hacer flipar a la gente mientras se quita importancia.
Sin embargo, por azares de la vida, en lugar de ingresar en la academia de policía o de detectives famosos que fuman en pipa, monta junto a su mujer una tienda de ropa que, gracias a su habilidad, se convierte en un éxito.

Pedro, que así se llama nuestro intrépido dependiente con un don, ha caído en la rutina de la vida conyugal. Con hijo y una mujer con dolores de huesos con la que hace tiempo que no mantiene relación carnal, pero sí que mantiene escasas conversaciones insulsas y absorbidas por la televisión Pedro se siente vacío y añora los tiempos en los que la pasión ocupaba bastante más tiempo en sus vidas.
Y así pasa la vida, yendo día tras día de casa al curro y de curro a casa, hasta que un buen día se presenta en la tienda Cloe, una jovencita de unos 17 años. La edad justa para dar morbo al asunto…
Desde entonces, Pedro sabrá lo que es la kryptonita. Su cabeza no dejará de pensar en ella, en su cuerpo, su olor, su voz, sus gestos y maneras, sus ojos…y se obsesionará tanto con ella que perderá su capacidad para recomendar a los clientes lo que más les conviene.

Reseña completa... aquí.



29 julio 2014

Valeria ya disponible en e-book

Así es.
Gracias a la editorial Extinta e-ditores, podéis disfrutar de MI novela de vampiros/fantasía oscura, Valeria, ambientada en Logroño.
A qué esperáis. ¿Qué vais a contestar cuando os pregunten por vuestras lecturas del verano y no la hayáis leído? Venga, no seáis huevones...



Curiosa Catwoman/Power Girl


09 julio 2014

Declarando los sobornos...


Esto solo pasa en Españistán...

Increíble, pero cierto. La documentación del Impuesto de Sociedades que han emitido las haciendas de las diputaciones de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa incluyen un epígrafe digno de la antología del disparate. Figura como gastos a declarar los "gastos por regalos y demás obsequios y por sobornos".

Público

03 julio 2014

Valeria, ya a la venta en formato digital

 
 
Así es. A la editorial Extinta e-ditores le ha gustado tanto Valeria, que han decidido comprarme los derechos para la reproducción en soporte digital.
 
Dejo el link para los interesados aquí.

02 julio 2014

Freddie y yo



Este cómic, o debería decir este pedazo de cómic (300 paginacas), me ha traído recuerdos e identificarme con algunas de sus viñetas. Aunque su título es Freddie y yo, habría sido más apropiado que fuera Queen y yo.

Como el protagonista del cómic, Queen fue el primer grupo de música de mi vida. Fue en BUP cuando me los descubrieron. Creo que hay, o había, un momento en cualquier persona en el que pasa de no tener preocupación ninguna por la música, a tener una fiebre devoradora de música. Por lo menos ese fue mi caso, a los quince años o así. Como decía, antes de Queen no hubo nada en mi vida. Un buen día me pasaron una cinta, no había aún cedés, y me gustó tanto que pedí más. La putada fue que me hice fan de un grupo cuyo cantante había fallecido recientemente. Aún así seguí acumulando material y recuerdo como una feliz coincidencia que en una clase de inglés nos pusieron de listening The show must go on

No recuerdo cuanto duró mi fiebre Queen, pero fue larga. Después vinieron más grupos, pero Queen siempre tendrá un hueco en la minicadena.  Ahora huyo de los temas más conocidos, que ya me cansan, y disfruto de los primeros discos, de temas como Death on two legs (dedicada a un manager cabrón que tuvieron), ´39, Bring back that Leroy Brown, Tie your mother down, The lap of the gods, Killer Queen, Love of my life… Vamos, lo dicho, los primeros discos, sobre todo el A night at the opera.

La realidad musical actual es bien distinta. Ahora los grupos que mueven a los adolescentes, (las adolescentes mojabragas sobre todo) son flores de un día que en un par de meses escriben su biografía y tienen su imagen incrustada en cuadernos, mochilas y ropa interior. Esta generación no ha vivido la música como la anterior. Ya no hay rock. Ahora solo hay pop cantado por grupos one hit wonder. Puede que esté equivocado, pero es mi impresión.
En fin, que parezco el abuelo contando batallitas.

La reseña completa en LYL.

01 julio 2014

Tempus, de Nerea Riesco


El tiempo: ese gran desconocido… De siempre, es más, de toda la vida de Dios, el hombre ha especulado con la posibilidad de viajar en el tiempo. Ya sea al pasado o al futuro tanto escritores como cineastas, científicos, gobiernos…incluso tú mismo que estás leyéndome ahora, lo has pensado. No mientas. Lo has hecho y punto. Y no pasa nada, es lo más normal del mundo (pensarlo, no viajar en el tiempo).

La máquina del tiempo, Regreso a futuro, El experimento Filadelfia (película basada en un hecho real, como se explica en el libro que nos ocupa), Terminator, 12 monos, Los cronocrímenes (estupenda peli española de Vigalondo, por cierto), Peggy Sue se casó, X-Men: días de futuro pasado… y tantas y tantas películas y libros dejan claro que es un tema que siempre da mucho juego. Va en nuestros genes, es algo recurrente con un montón de interrogantes y paradojas y pocas respuestas.

En mi vida he cambiado mucho de opinión al respecto después de pensar en unas y otras opciones (como si yo mismo fuera un físico cuántico), pero es que son interrogantes/curiosidades  que no dejan de ser asombrosos, como la paradoja del abuelo, que os voy a explicar por si no la conocíais y que es muy…paradójica:

Una persona realiza un viaje a través del tiempo y mata al padre biológico de su padre/madre biológico (abuelo del viajero), antes de que éste conozca a la abuela del viajero y puedan concebir. Entonces, el padre/madre del viajero (y por extensión, ese viajero) nunca habrá sido concebido, de tal manera que no habrá podido viajar en el tiempo; al no viajar al pasado, su abuelo no es asesinado, por lo que el  viajero sí es concebido; entonces sí puede viajar al pasado y asesinar a su abuelo, pero no sería concebido, y así indefinidamente.

¿Es buena, eh?

Hay quién dice que aunque se viaje al pasado para intentar cambiarlo este no podrá cambiarse porque los eventos posibles pero improbables sucederán con más frecuencia, impidiendo que, por poner un ejemplo, se mate al abuelo.
También hay teorías acerca de los multiversos, por la que constantemente se están construyendo universos paralelos. Cada vez que tomamos una decisión en un sentido, hay otro u otros universos paralelos desde ese momento, que desarrollan los hechos si se hubiera tomado otra decisión diferente…
Otros defienden que sólo se puede viajar al pasado y otros muchos que si lo haces y tocas a tu yo del pasado, explotarás…
Un mundo fantástico lleno de posibilidades.


La reseña completa aquí.

24 junio 2014

Dexter



“Esta noche es la noche”. Creo que esa es la frase con la que se abre Dexter, la famosa y ya terminada serie de Showtime. Una frase que se repetirá algunas cuantas veces y que marca el destino de las víctimas de este forense experto en manchas de sangre y asesino en serie a la vez.

No hice mucho caso en el momento de su estreno; por aquel entonces las series no gozaban de tanto prestigio como actualmente ni abundaban tanto ni tenían el nivel de ahora, o a mí no me lo parecía. Y además la política de emisión de series de las cadenas es de autentico asquito… Así que, si no llega a ser porque mi hermano me la recomendó puede que nunca me hubiera tragado, y no lo digo peyorativamente, todas las temporadas ( ocho, que sí, que no deberían haberse alargado tanto, que la última sobraba , pero había que verlas todas, ¿no?). Y se lo agradezco (aunque el final, pufff, no sé yo…) Pero bueno, que en líneas generales no dejó de ser una buena serie.

Dexter Morgan no es normal. Nunca lo ha sido y nunca lo será. No es capaz de desarrollar los sentimientos que cualquier persona alberga. No tiene emociones. Todo lo que expresa es teatro aprendido gracias a las lecciones que su padre adoptivo, policía para más inri, le enseñó cuando se dio cuenta de que le dominaba su “oscuro pasajero”. Cuando notó que los instintos asesinos de su hijo no se iban a limitar a los animales trató de encauzarlos y le dio un código para, por decirlo de alguna forma, matar bien, el código de Harry:

-Nunca ser atrapado en el acto.
-Nunca matar a una persona inocente.
-Siempre dedicar el tiempo necesario para asegurarse de que la víctima sea la correcta para eliminarla.
-Tener en cuenta que uno mismo es quien controla los impulsos asesinos, no al revés.
-Fingir las emociones y el comportamiento de modo que uno pueda encajar en la sociedad, sin destacar
-En un examen psicológico hay que responder lo opuesto a los sentimientos.
-Nunca hay que involucrarse emocionalmente, eso puede traer muchos problemas y evita poder pensar claramente.
           -La muerte debe servir a un propósito, de lo contrario es un mero homicidio.


Así que, dejaremos a un lado la anormalidad de que un asesino en serie se dedique a matar a otros asesinos en serie que escapan de la ley, y la cantidad de asesinos en serie que hay en Miami, para hablar brevemente del cómic que nos ocupa: Dexter.

Reseña completa, aquí.




26 mayo 2014

Valeria, a la venta

Ya está a la venta en amazon.es, mi novela vampírico-fantástica Valeria. Una de vampiros ambientada en Logroño. Vampiros, sí, pero no vampiros gusiluz crepusculares. De eso no hay. Aquí lo que hay son vampiros sangrientos y sanguinarios, de los de siempre, de los buenos... y algún momento de sexo también, claro, que por algo son vampiros...

En fin, si os mola, podéis comprar Valeria aquí.


Sala de espera


Leí La sonrisa etrusca hace bastante ya, pero guardo de ese libro un buen recuerdo. La forma de narrar, la historia que se nos cuenta, los personajes… y, al fin y al cabo,  la vida misma y el paso del tiempo era lo que se nos contaba en él.
No es de extrañar que me quedara con el nombre de Sampedro apuntado en la memoria para seguir leyendo su obra. Tampoco es de extrañar que, con la de lectura atrasada que acumulo, por desgracia no haya sido hasta ahora cuando haya podido volver a encontrarme con este autor en su obra póstuma.

Últimamente le conocí (televisivamente) en su faceta de economista (no en vano, esta era otra de sus ocupaciones y llegó a ser uno de los más respetados de España; prologó el famoso Indignaos así como publicó una decena de libros sobre economía) y se notaba que hablaba con mucho dominio y conocimiento sobre la crisis, el poder, los imbéciles que nos gobiernan, los recortes… Y es más: se le veía sensato, cabal, con la cabeza en su sitio, paciente y desbordante de vitalidad a pesar de su avanzada edad.

Por eso sentí su pérdida, no por esperada menos impactante, y quise leer su Sala de espera. Además, tengo especial predilección por esos libros en los que el narrador echa la vista atrás para recordar su vida, se para en los detalles que le marcaron y le llevaron a ser lo que fue y hace balance. Este libro es uno de esos.

Sampedro no dejo de escribir hasta el mismo día de su muerte (“La muerte me lleva de la mano, pero se está portando bien porque me está dejando pensar”). Anotaba sus pensamientos y reflexiones para concebir en este Sala de espera, (bonito eufemismo para referirse al tiempo previo a la muerte), un libro que es parte autobiográfico, parte ensayo, parte álbum de fotos y parte material manuscrito.

La reseña completa en LyL.

02 mayo 2014

Blue Estate 3



Bueno, pues al final llegó lo que tenía que llegar. El volumen tres de Blue Estate. El último, el que cierra todo un lío padre de tramas criminales interconectadas.
Una pena despedirse de una colección tan sumamente divertida, breve y bien realizada.

Si lees esto seguramente ya sabes de qué va este cómc. Dinero, joyas, stormtroopers, termitas, tiroteos, torturas, mafia italiana, mafia rusa, sexo, caballos emporrados, persecuciones, traiciones, peleas, explosiones, más dinero, más sexo, más termitas y algo de humor.
Básicamente eso es Blue Estate 3 y, básicamente, eso son los tres tomos de esta gran serie.

¿Qué más puedo decir de un cómic del que ya he dicho todo en sus dos anteriores entregas? Sigue la misma línea, no ha bajado para nada el nivel, y eso es muy difícil y muy de agradecer. Se nota que la historia estaba clara desde el principio, que no han improvisado a medida que iban saliendo los tomos.
Y como tengo que seguir alabando la obra de Viktor  Kalvachev redundaré en que tanto fondo como forma son muy cinematográficos: beben, consciente o inconscientemente, de Tarantino, Scorsese, Ritchie, los Coen… Se podría decir que es un storyboard coloreado y que se lee en un suspiro y su sabor perdura bastante tiempo después.

A pesar de sus muchas virtudes, conviene tener frescas tramas y personajes. Si hace tiempo que se leyó el segundo volumen este tercero podría llegar a hacerse confuso en algún momento. Por eso recomiendo vivamente la lectura de los tres tomos seguidos. No obstante, hay un sumarísimo resumen a modo de recordatorio de quién es quién y qué relación tiene con quién al inicio del tomo.

El dibujo, a cargo de nueve dibujantes, sigue siendo espectacular, el color impecable y la maquetación ídem de lienzo.

La reseña completa aquí.

30 abril 2014

Todas putas: Los cuentos gráficos


Recuerdo la que se armó en su día, allá por 2003, cuando el libro Todas putas, de Hernán Migoya, vio la luz. Ni lo entendí entonces ni lo entiendo ahora. A la directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, se la llegó a acusar de «justificar» e incluso «hacer apología» de la violación, de la violencia contra las mujeres y de la pederastia. Soportó insultos, anónimos con amenazas y tomates a la hora de dar conferencias, entre otras cosas. (Y seguramente muchos ni lo habrían leído, como suele pasar en estos casos).
Parece mentira, la verdad, que a estas alturas, o a aquellas, feminazis, politicuchos de mierda y amigos de lo políticamente correcto no sepan o no quieran saber (los politicastros usaron el libro como arma arrojadiza en plena campaña electoral) distinguir ficción de realidad y coartar el democrático derecho a la libertad de expresión. Si por ellos (y ellas) fuera, media literatura universal o más, (Biblia incluida) habría ardido ya en la hoguera neoinquisitorial.
Afortunadamente, todavía no han llegado esos tiempos. Todavía…

Quise en su día leer también el libro, pero al final ni siquiera pude conseguir el libro ni aún para poder apilarlo en la bonita columna dórica de pendientes y con el tiempo fue quedando en el olvido. Así que ahora, diez años después, aprovechando la adaptación al cómic, puedo por fin sacar mis propias y objetivas conclusiones (que son básicamente las expuestas líneas arriba).

Y sí, reconozco que dos de las 15 historias que se nos cuentan en Todas putas son fuertes. La primera, El violador, llega de sopetón nada más abrir el cómic: un violador razonando, argumentando y defendiendo su conducta. ¿Y por qué no? ¿No hay abogados defendiendo lo indefedible: asesinatos, infanticidios, infantas que no saben/no se acuerdan de las cosas de su marido…?

La segunda, Porno del bueno, en donde un hombre viola a una niña de nueve años tras sacarla del colegio, es la más desagradable de todo el volumen. Pero, eh… ¡Sigue siendo ficción a pesar de que cada vez curas y seglares lo estén llevando al terreno de lo real!

15 historias, y las 15 adaptadas por mujeres. Y por tanto, 15 estilos de dibujo, de visiones e interpretaciones a la hora de adaptar, todos en blanco y negro. No puedo comparar la fidelidad con el libro, pero tanto da.

La reseña completa, aquí.

14 marzo 2014

#Chica de serie B, 2




¡¡Señora, señora!! ¡¿Pero qué hace? ¿No ve que ya está aquí el tomo 2 de la chica esa de serie B? Ande y no moleste.
Sí, la cosa esa del cómic con los amparismos y mucho autobombo tanto del primer tomo como del segundo, y la arqueóloga y los zombisaurios, y los lagartos de V y, y… y claro, siendo Sarnago como es, no podían faltar las tetas y culos a diestro y siniestro, y el propio Sarnago dibujado, muy machote él, como superhéroe incluso, (faltaría más, menudo es).

Bueno, ¿y qué es esto de #Chica de serie B, 2?
Pfff… ¿cómo te diría yo?... ¿No te has leído #Chica de serie B, 1? ¿No? Mmmm… ¿Y has probado a buscar en Wikipedia? Ah, que no viene… Bueno, pues #Chica de serie B, 2 es, como el 2 indica, la segunda y cronológica parte de unas tiras que en origen se publicaban on line y que con el tiempo Sarnago vio que tenía la posibilidad de publicarlas en cartoné y se dedicó a fundir cuervos para conseguir la pasta necesaria para ese fin con la ayuda del señor Verkami.

En este segundo tomo, aparte de “alguna” referencia a la trama del primero, tenemos también referencias a la cultura popular de los 80, 90, cómics de superhéroes (Batman, Superman, Spiderman (la saga del clon es importante aunque no hace falta haberla leído –de hecho yo no la he leído–) … y tampoco es necesario haber leído cómic alguno aunque, en ese caso, ¿qué haces leyendo la reseña de un cómic?), series de televisión y, sobre todo, lo que hay en este cómic son reflejos de lo que le pasa al autor en su día a día: dibujar las viñetas, el sexo con su novia arqueóloga, sus intentos de ganar perrillas como comercial de Energía Azul, la promoción y problemas para editar su primer tomo, parkour, su aparición en Un país para comérselo, sus aventuras como Superior Sarnago acompañado por Kick-My-Ass-Girl…

Y tetas y culos…

La reseña completa, aquí.

11 marzo 2014

Lolito






Confieso que lo primero que me hizo acercarme al libro fue el título. Me hizo gracia. Me hizo mucha gracia. Me atrajo especialmente, aunque todavía no había decidido si leerlo o no.

Confieso que no esperaba un comienzo así:

“Lolito, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-to: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. To.

(Y lo cierto es que no lo tiene).

Confieso que leyendo la contraportada, mis dudas se disiparon, y no precisamente porque en ella se compare a Lolito con El guardián entre el centeno, no. (Es más: El guardián entre el centeno es uno de los pocos libros que he leído dos veces. La primera, de muy joven, cuando no sabía nada acerca de todo lo que rodeaba a ese libro. La segunda, porque no lo recordaba bien y quería comprobar si de veras era para tanto. No lo era. Estaba sobrevalorado y punto).

Lo que me decidió fue saber que Etgar, pues Doloros no es el nombre del trasunto de Holden Caulfield en este libro, es un quinceañero que ve documentales y videos sádicos; bebe Nesquik de fresa (¿de verdad existe eso?) y piensa como lo haría un adulto algunas veces (incluso a un nivel mayor que muchos adultos) pero también tiene actitudes y comportamientos propios de un chico de 15 años o menos, que se emborracha y se aburre mucho.

Etgar tiene una novia, Alice, pero durante los cuatro o cinco días de vacaciones de Pascua en los que transcurre la historia ella se va con su familia a Antigua y él se queda sólo en casa con Admunsen, su perro. Será entonces cuando metiéndose en Facebook descubra que Alice le ha sido infiel y, entre cabreado y aburrido, solo querrá quedarse tumbado en la cama  y navegar por los chats adultos de sexo. Adultos, sí, nada de adolescentes. Le duele Alice, pero no quiere verla más. Que te jodaannnnnnnn, Alice.

No creo que debamos ser amigos porque te he visto el coño y sería raro. Cuando se me olvide cómo es podremos ser amigos, pero a lo mejor entonces ya seremos viejos.

La reseña completa aquí.




30 enero 2014

La vida secreta de Walter Mitty



Aprovechando que Ben Stiller protagoniza y dirige la película homónima (que ya tuvo una primera versión en 1947) Acantilado reedita La vida secreta de Walter Mitty. Si antes tenía curiosidad por ver la película  –¡con un trailer de seis minutos!– ahora aún más, pues mi interés se ha acrecentado al saber que el relato en el que se basa el filme de casi dos horas tiene exactamente nueve páginas. (No hago otra cosa que dar datos numéricos, ¡qué barbaridad!).

Seguro que muchos de nosotros, por no decir todos, soñamos despiertos, sobre todo cuando estamos aburridos. Y eso es algo bueno y beneficioso según dicen los psicólogos. Pero es más. Existe el denominado “síndrome de Walter Mitty”, que consiste en pasar más de la mitad de la vida en un mundo imaginario, fantaseando ser alguien que nos hubiera gustado ser y vivir aventuras que nos gustaría que nos sucedieran para poder escapar de una realidad rutinaria y “normal”. Y eso, la alarmante desproporción entre tiempo soñando y tiempo viviendo “en real”, es lo grave.

Es eso precisamente lo que le sucede al protagonista de nuestro relato. Aburrido y cansado de su vida por tener una esposa dominante, imagina ser un piloto de guerra al mando de un bombardero en medio de una tormenta; más tarde, al pasar por un hospital, será un cirujano de renombre; luego un hombre juzgado, héroe sentenciado a morir fusilado… Y todo eso en el transcurso de tiempo que va desde que acompaña a su mujer a la peluquería hasta que la recoge. Cada vez que su rol cambia se debe al brusco descenso a la realidad, ya sea por su mujer, por un dependiente o por un peatón…

Pero realmente, La vida secreta de Walter Mitty que nos trae Acantilado debería titularse “La vida secreta de Walter Mitty y otros 24 relatos cortos de James Thurber” para evitar confusiones. Antes de leer el libro yo estaba convencido de que las 159 páginas de este giraban en torno a Mitty y que era una novela… Pero no. Hay otros cuantos relatos cortos, algunos tan breves que constan solo de dos páginas, cosa que en algún caso se agradece.

Son todos ellos unos relatos suaves, en los que cuenta cosas cotidianas, historias costumbristas en las que se pretende sacar el lado cómico, aunque no siempre se consigue.

Destacable es el retrato que Thurber hace de Rex, un bull terrier que tuvo en la adolescencia en, Instantánea de un perro. Thurber tuvo especial predilección por los perros y en este relato se nota. Recomiendo leerlo con tranquilidad y un pañuelo cerca.

Reseña completa en LYL
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