30 agosto 2013

American Vampire. El señor de las pesadillas.





Ya está aquí, ya está aquí, ya llegó, Judas el mi… Ahí va, que se me va la olla.
Ya tenemos un nuevo número de American Vampire. Aunque no pertenece a la colección central sino a la miniserie que podemos enmarcar como una secuela del anterior spin-off dedicado a Felicia Book, Selección natural, cosa esta que no desmerece en nada a la colección principal. Al contrario. Este número es, como el café en las pelis de Tarantino: una puta delicia.

Al leer esta nueva entrega de los vampiros de Snyder, American Vampire, El señor de las pesadillas, no he podido evitar recordar una cita del libro La infancia perdida y sus misterios, de Duncan Palas, que viene muy a cuento, sobre todo porque una de las claves de este cómic es un niño: “No deja de ser curioso el hecho de que si a un niño le amenazas con el hombre del saco, posiblemente ni reaccione, pero si lo haces con Drácula la cosa cambia y bastante. ¿Será que el miedo a los vampiros es algo que la humanidad lleva ya impreso en los genes como una medida de protección o un instinto de supervivencia?”

Y viene a cuento porque, hasta ahora Snyder nunca nos había hablado de ÉL…, de Drácula. Hasta ahora nos habíamos topado con varias razas de vampiros y es en este tomo en donde Snyder da su visión personal del vampiro primigenio, del auténtico, del más poderoso de todos. Deja poco claro su origen para que seamos nosotros, con varias posibles opciones, los que lo decidamos, y respeta, más o menos, la imagen creada por Stoker, aunque no del todo, ya que Snyder le inocula una dosis infinita de Maldad que se expande a su alrededor cosa mala. Sí, Maldad con mayúsculas, Maldad de la buena (tenía que hacer la gracia…)

Snyder consigue que este Drácula no se eche a perder como ha sucedido últimamente ( y no tan últimamente) en versiones de cine, cómic o serie de televisión. Aquí, al igual que en la novela, está omnipresente pero casi sin aparecer, lo cual es todo un acierto.
De nuevo Felicia, tras haberse retirado de la organización cazavampiros Vasallos del Lucero del Alba, debe trabajar con estos para hacer frente al vampiro entre vampiros.

La reseña completa en LyL.

20 agosto 2013

¡Odio el gym!



¡Odio el gym! Así, entre signos de admiración, grito al viento con enfado…
En realidad, no lo odio (creo). Voy cada vez con menos ganas, me cuesta más, soy perezoso… Lejos están los primeros días en los que era una actividad nueva y acudía con la mochila con una sonrisa en la boca dispuesto a sudar la gota gorda para esculpir el cuerpazo… que aún no tengo.
Cuatro años después, la rutina se ríe de mí. Ni siquiera los cambios del repertorio musical, que de vez en cuando hago en mi reproductor de mp3 para luchar contra la también rutinaria y machacona música de los 40 que atruena el gimnasio, pueden con ella.
Pero sigo yendo. Soy más fuerte que todo eso… Eso y que además tengo un año más pagado y no lo voy a desperdiciar…

¡Odio el gym! es ideal para cuidarse, para hacer ejercicio sin tener que acudir a gimnasios ni tener que comprar mancuernas, esterillas y otras zarandajas con las que entrenarse en la propia casa y dejarse los cuartos en tiendas de deporte.

La reseña completa en LyL.

15 agosto 2013

Momo!!!!




El trono, tal y como lo imagina George R. Martin

Visto en Yo no me aburro.

Blue Estate, volumen uno. De VV.AA.




Con una cita como la que sigue: “Blue Estate” coge lo mejor de Guy Ritchie y Quentin Tarantino pero sigue siendo rematadamente original” era casi imposible resistirse a comprobar, con recelos, eso sí, semejante afirmación. Y es que no sería la primera vez que las editoriales se encargan de recabar y extractar citas de reseñas para tratar de vender el libro/cómic de turno fueran, cuando menos, exageradas.
(No me importa que usen a Guy Ritchie como reclamo, pero a Quentin, a Quentin … que no me toquen a Quentin, que eso ya son palabras mayores, amigo. A ver cómo sales de esta…)

Una vez leído Blue Estate, reconozco que tiene elementos de los dos directores: la trama negra, las historias entrecruzadas, el mogollón de personajes, la violencia explícita y desmedida, el ritmo narrativo, los flashbacks… Así que, sí. Diría que sí. Te lo concedo. Esta vez la cita no es mero marketing para vender cuanto más mejor. (Has salido bien librado).

Visualmente es increíble. Me gusta. Me gusta mucho el dibujo y el entintado en general, pero sobre todo cuando el guión pide oscuridad y la encuentra…  Blue Estate es moderno, actual, fresco, enérgico y vibrante. Y todo esto puedo decirlo tanto del dibujo como del argumento.

Reseña completa en LyL
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