08 mayo 2015

Los guardianes del Louvre


Recuerdo que una vez, de pequeño, en una de las frecuentes veces en las que caía enfermo, llegué a tener tanta fiebre que me levanté de la cama porque empecé a delirar y a ver algo… No me invento nada. Estuve un buen rato dando vueltas alrededor de la cama porque me seguía una cosa verde pero transparente. Era como el fantasma glotón de  Cazafantasmas (y la película llegaría unos años después. Sí, sé lo que estáis pensando: soy un visionario…), pero sin cara ni brazos y solo hacía eso, seguirme. No volví a ver esa cosa nunca más, pero para mí –y por lo visto, sólo para mí– fue una visión clara, tan clara que todavía me acuerdo.

Pues bien, en el cómic que hoy nos ocupa un dibujante japonés –el propio autor–  tras un viaje colectivo con otros dibujantes, decide quedarse en París para visitar los museos antes de volver a Japón. Sin embargo, en la habitación del hotel, solo y en tierra extranjera le acomete la fiebre y a esta se le unen unas pesadillas. Al día siguiente, algo recuperado, decide dar un paseo y llega hasta el Louvre.

La reseña completa en LYL.







06 mayo 2015

La joven durmiente y el huso, de Neil Gaiman




Desde que leí The Sandman (mi desvirgamiento en el mundo del cómic adulto, junto con Predicador, esto ya lo he comentado alguna vez…) no he dejado de seguir la pista de Gaiman. Eso no quiere decir que haya leído todo lo que ha parido, no, –el cómic Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?; el libro (excelente y también reseñado aquí ) American Gods y Buenos Presagios, escrito a pachas con Terry Pratchet, reseñado aquí, son una pequeña muestra de esa pista que voy siguiendo de lejos– pero mi secretaria me mantiene al tanto de sus obras. Es lo menos que puedo hacer por el creador de ese gran universo en el que transcurren las aventuras de Morfeo y que tan honda huella me dejó.

Y es que el problema de que lo primero que caiga en tus manos cuando te dispones a descubrir a un autor sea una obra maestra que te fascine tanto como la del rey de los sueños, es que esperas que lo siguiente que leas de ese autor sea, al menos, del mismo nivel y tienes miedo de decepcionarte. Por eso voy pian piano. (Y eso que American Gods, Batman… y Buenos Presagios me gustaron).


Pero he aquí, que tenemos un… ¿remake, un dos en uno remozado? un cuento cortito, apenas setenta páginas, primorosamente elaborado y firmado por Gaiman y todas las reticencias y alertas de peligro se vienen abajo y me tiro de cabeza. Así, como un valiente.

Reseña completa en LyL
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