23 enero 2016

Euforia colectiva


Envidia. Así de claro. Uno (el quinto, creo) de los siete pecados capitales es lo que me produce la obra de Alberto Hontoria. Porque si ya con su primera novela, Disjecta Membra, me dejó perplejo, atónito y extasiado con su lectura (repito: ¡primera novela!), tengo que reconocer que ha vuelto a hacerlo con esta segunda, Euforia colectiva.

Y eso que, para ser justos, debo decir que a priori el argumento no me llamaba. El hallazgo de un microorganismo capaz de transformar las hortalizas de un modo extraordinario, hasta el punto de modificar la alimentación de todo el planeta… pues así contado, la verdad, no, no me seducía ni lo más mínimo, estando además, como estaba (y estoy) petadísimo de lecturas atrasadas y con las Navidades acechando…


Pero como en el fondo soy un tío guay que te cagas, y como además, un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer, por la noche tiré al suelo la pila de libros de la mesilla, (ya los recogería algún día, concretamente la mañana siguiente), y me puse con el de Alberto.

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16 enero 2016

Wonder Woman: Agallas


Ya está aquí, ya ha vuelto la amazona, Diana Prince, Wonder Woman. El tercer vértice, junto con Batman y Superman, de la trinidad de DC. Y ya tenía ganas, ya, después de aquel primer tomo, Sangre, de saber cómo le iba a nuestra chica.

Y parece que le ha ido muy bien porque Azzarello ha conseguido que me enganche a estas historias, de un personaje del cual antes no había leído nada, gracias al magnífico uso que hace de los personajes.

No es fácil, visto lo visto, actualizar no los mitos, sino los personajes mitológicos. Actualizarlos como si fueran una nueva versión de un programa informático. De verdad que me quito el sombrero. Ya lo hice en Sangre ante los diseños de Hermes, Poseidón y Hades y aquí me rindo a su Hefesto.

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14 enero 2016

Gotham Central 3: De patrulla por el infierno


Hace poco comentaba el segundo tomo de Gotham Central, Payasos y lunáticos, y ya tenemos aquí el tercero y penúltimo, De patrulla por el infierno.
Poco puedo añadir a la colección de bondades ya referidas en su día y sí cabe hacer un aviso: aunque en la portada se vea a Batman saltando hacia uno de los monstruos-villanos habituales de Gotham, no hagáis caso. La esencia sigue siendo, como ya comenté, puro género negro y no hay peleas entre murciélago y villano (al menos no puede considerarse así a las cuatro viñetas contadas que se dedican a dicho enfrentamiento).

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12 enero 2016

Gotham Central 2: Payasos y lunáticos


Ser policía no es tarea fácil. Todos lo sabemos, no por experiencia propia, sino por la multitud de filmes, novelas o series de televisión que hemos mamado. Y si ser policía no es fácil en ninguna ciudad, en Gotham, la ciudad del Caballero Oscuro, infierno para muchos de sus habitantes y antítesis de la luminosa Metrópolis de Superman, es casi una misión imposible.

Porque si bien es cierto que aparte de afrontar los crímenes “normales” de cualquier ciudad, la Unidad de Crímenes Mayores también debe enfrentarse a los monstruos y villanos del universo de Batman.

Sin embargo este no es un cómic de Batman. O más bien, sí, lo es pero sin él. Tan solo aparece, y eso cuando aparece, de manera muy tangencial, bien por alguna brevísima intervención, bien por la de alguno de sus enemigos. Y el hecho de la ausencia del murciélago no es nada malo. Al contrario. Con Gotham Central nos encontramos ante una serie alabada desde sus comienzos, un prodigio del género negro de ese genio del guión que es Ed Brubaker (recomiendo totalmente su Catwoman), una obra indispensable para cualquier amante del género. ¡Olvidáos de Batman! Batman está bien, no puedo decir lo contrario (de hecho Batman es conocido como el mejor detective del mundo), pero si eres de los que camina por la librería y al ver bajo el título de Gotham Central: Payasos y Lunáticos la cara del Joker, das media vuelta creyendo que será alguna de esas historias del murciélago para la que además tienes que saber de historias anteriores, te prevengo: te estarás perdiendo un conjunto de historias (cuatro concretamente) de altísima calidad tanto en el dibujo como en los argumentos.

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09 enero 2016

La fotografía móvil


¿Es menos cuadro una pintura al óleo o una acuarela que un dibujo a lápiz o, como he visto últimamente, con boli bic?  (Sobre esto último recomiendo visitar la web de Juan Franciso Casas, por ejemplo). En mi opinión no.

Lo mismo sucede con las fotos: ¿Se es menos fotógrafo por hacer fotos con un smartphone en lugar de hacerlas con una cámara? ¿Es que acaso antes hablábamos de fotografía con compacta o fotografía con réflex? ¿O ya puestos, diferenciábamos entre fotos hechas con Nikon o con Canon o con Olympus o Pentax… como si una foto hecha con una determinada marca fuera “menos foto” que si fuera hecha con otra?
¿Despreciamos a Helmut Newton por usar Polaroids?  Avedon trabajaba con placas.  Garry Winogrand nunca disparó mirando a través de visor de su Leica.
Imagino que también habría controversia cuando las fotos abandonaron el blanco y negro y abrazaron el color. Muchos siguieron fieles al blanco y negro, otros experimentaron con el color y, la mayoría decidiría en función de la estética e iría alternando según cada caso.

“No es época de cambios, sino un cambio de época”

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07 enero 2016

Diástole



Hacía tiempo que quería leer algo de Emilio Bueso, un autor que se ha consagrado en el género de la ciencia ficción y del terror, como bien lo avala el hecho de ser poseedor de los premios Celsius y Nocte, y del que todo el mundo habla (muy) bien.
Tenía esa espina clavada decía, y por fin ha llegado el día en el que he podido sacármela. Aunque me temo que al arrancarla, no sé cómo, la espina se ha astillado y voy a necesitar más lectura de Bueso para curarme. Lo noto. Una fiebre  me invade y voy a necesitar sus libros como un yonqui a la heroína. Como un pintor a sus pinceles…


Por otra parte, Diástole es un libro al que tenía también echado el ojo desde antes de saber que era de Bueso. Desde antes de que Bueso se convirtiera en Bueso. Y con lo que me gusta el tema de los vampiros era difícil olvidar esa portada, sencilla, pero atrayente como un neón. Vampiros y Bueso… dos pájaros de un tiro perfecto y preciso.

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