27 febrero 2020

Quién sabe si mañana seguiremos aquí





Este es otro de esos libros que he encontrado sin ir buscando nada en concreto. En uno de mis “paseos” por la librería, sacando libros de aquí y allá, leyendo las sinopsis atraído tan solo por los títulos de los lomos, me hice con varios ejemplares. Con un botín, en realidad. Es una buena manera de aprovechar algo de tiempo libre cuando vas de camino a algún sitio y sabes que te va a tocar esperar. Y también de dejar que el tiempo corra más deprisa de lo que debiera (nunca aprendo la lección de que las librerías son para mí trampas espacio-temporales).


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23 febrero 2020

Babyteeth 2






Ya tenemos de vuelta a Sadie y compañía. Continuando con la analepsis del número anterior, y acercándonos ya al momento presente, vamos a conocer qué le sucede a la madre del Anticristo en su huida de la organización mataanticristos conocida como La Silueta y todo el derroche de acción salvaje y el exagerado festival de balas que van a ir provocando a su llegada, y para esto no tengo más remedio que destripar lo que pasó en el número uno. Así qué, si no has leído el tomo anterior, ¡sal de aquí cagando leches, joder!


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17 febrero 2020

Animales urticantes





Enero es un mes sumamente agobiante y estresante para mí. Tanto que no me deja ni mucho tiempo ni muchas ganas para leer, así que agradezco los libros compuestos por relatos de los que puedes leer un par en la cama y en los que cada uno te transporta a un lugar y situación distintos al anterior y al siguiente, sin necesidad de continuidad en la trama.

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01 febrero 2020

Cena con espectáculo




Arrastrar las uñas por una pizarra, o mejor, por una pared echada a perder por el gotelé; morder el palo sin querer cuando a mitad del polo, masticar un trozo de papel de plata, el simple sonido del torno del dentista, las limas para las uñas, ver a un bebé manoseando con sus rechonchos dedos una hoja de afeitar… ¿Da grima, verdad? Un escalofrío recorre la espalda y llega hasta los hombros. A veces incluso llega hasta el cuello. Pero pese a ese breve intervalo de tiempo de malestar, en ocasiones te sorprendes regodeándote recordando, imaginando o recreando ese acto insano para volver a sentir esa sensación. Porque eres así, y no lo puedes evitar, como el escorpión de la desgastadísima fábula. Eres así, somos así, y Alberto Hontoria lo sabe y te lo escupe a la cara sin ningún problema. Porque si te tiene que contar algo, te lo va a contar te guste o no. Porque él también es como es.

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