¿No os ha pasado? Sí, seguro que sí, es una pregunta
retórica. A todos nos ha pasado, ya seamos hombres o mujeres. Sin excepción. No
la hay, y si te paras a pensar, es lo más lógico del mundo que suceda.
Domingo por la tarde después de comer, con la sangre yendo
en tropel a las tripas atiborradas de sabrosas viandas revueltas en sus jugos
gástricos, dejando la cabeza a la intemperie y a merced de una de esas… cosas
que emiten en la tele a esas horas. Lo dicho, sin defensas. A escasos
centímetros del mando a distancia. Tan cerca y tan lejos…
Es entonces cuando uno
demuestra lo que vale, cuando, de entre todos los momentos , si en alguno debe ser
fuerte es ahí, en esos precisos y jodidos instantes; es ahí cuando hay que
hacer un último esfuerzo, no caer en las redes del mal y ser capaz de decidir:
leer porno o leer novela negra. La decisión no es nada fácil. De hecho, es una
decisión de gran “envergadura” para hacer que esa tarde de domingo sea una más
o una tarde memorable. Porque sí, lo criminal y lo porno están íntimamente
unidos, pero hagamos unas distinciones:
Reseña completa en LyL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario