“Prohibido inmiscuirse en la vida
de los hombres”
Esta frase, aparecida en la
película Superman (1978) y dicha por un
níveo y, como la Cospedal, en diferido, Marlon Brando (Jor-El) a su hijo, Kal-El,
me ha venido a la cabeza varias veces durante la lectura de este tomazo
impresionante. Porque es justo lo contrario de lo que el bueno de Supes,
desoyendo a su padre, va a hacer.
En Injustice: Gods among us. Año uno Integral, por primera vez vamos a
ver a un Superman que no se contiene, un dios sin freno al que poco va a
importar matar a alguien si con ello se salva a muchos. Vamos a asistir a un
acontecimiento que va demoler los cimientos del boy scout y de la propia DC.
Algo que ni el todo previsor Batman, con todos sus planes B, C y el abecedario
completo, podrá impedir.
Reseña completa en LyL.
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