UN DÍA DE CÓLERA
Autor : Arturo Pérez Reverte
EDICIONES ALFAGUARA, S.A.
408 Páginas
Lugar y año de edición MADRID 2007
Este relato no es ficción ni libro de historia. Tampoco tiene un protagonista concreto, pues fueron innumerables los hombres y mujeres envueltos en los sucesos del 2 de mayo de 1808 en Madrid. Héroes y cobardes, víctimas y verdugos, la Historia retuvo los nombres de buena parte de ellos: las relaciones de muertos y heridos, los informes militares, las memorias escritas por actos principales o secundarios de la tragedia, aportan datos rigurosos para el historiador y ponen límites a la imaginación del novelista. Cuantas personas y lugares aparecen aquí son auténticos, así como los sucesos narrados y muchas de las palabras que pronuncian. En Un día de cólera, Arturo Pérez-Reverte, convierte en historia colectiva las pequeñas y oscuras historias particulares, registradas en archivos y libros. Lo imaginado, por tanto, se reduce a la argamasa narrativa que une las piezas.Estas páginas pretender devolver la vida a quienes durante doscientos años, sólo han sido personajes anónimos en grabados y lienzos contemporáneos, o escueta relación de nombres en los documentos oficiales.
"Un día de cólera" es el homenaje que rinde Pérez Reverte a todos los españoles (vascos incluidos) que cayeron el 2 de mayo de 1808 luchando contra los franceses. Y es tal el homenaje, que más que una novela parece una relación de las bajas, (con nombres, apellidos y profesión), de los caídos en el levantamiento popular.
Y a pesar de esto no aburre, la verdad, ni mucho menos. P. R. hilvana con gran acierto las historias de los pequeños grupos de gente que lucharon a su modo, como podían, con mucho que perder y nada que ganar, sin armas, con piedras, navajas, macetas... hartos de soportar los abusos, robos y constantes vejaciones que los gabachos iban inflingiendo al pueblo español. Puestos en antecedentes, a cualquier lector, al menos a mi me pasó, la cólera sube hasta niveles insospechados.
Dicho esto, veremos sangre, visceras, honor, y valentía. Y rabia. Mucha rabia, pues es el pueblo el que se levanta. Los ministros y militares (salvo algunos de estos últimos que contravinieron las órdenes y se pusieron al mando de Daoiz y Velarde) no movieron un dedo. Dejaron que los franceses aplastaran al pueblo, aunque vendieron cara la piel. El mejor ejército del mundo, el francés, preparado con armas, con soldados profesionales, artillería, caballería, .... contó 500 bajas provocadas por comerciantes, mendigos, cerrajeros, mujeres, presos que pidieron ser liberados para luchar y prometieron volver al acabar la lucha (y lo cumplieron)... Es decir, el pueblo llano.
Es una lección de historia, y de honor que recomiendo leer encarecidamente, aunque deje un regusto amargo comprobar que ciertas cosas, desde entonces, desgraciadamente, no han cambiado.
Una buena crítica aquí, (y no lo que acabáis de leer).
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