23 octubre 2013

¡Muuu!



 
Es un cliché, pero es cierto y no me cansaré de decirlo: Ser vaca no es fácil. Bueno, tal vez no sea un cliché, pero sí que es una realidad como un templo. Aunque también es cierto que es más fácil ser vaca que cerda, gallina o pollo, desde luego.
Como cierto es que, en general, los animales van a lo suyo sin meterse con nadie más de lo estrictamente necesario, y que no hay maldad en ellos.
Todos ellos tienen en común el vive y deja vivir y la búsqueda de la felicidad y hacen lo posible para ello. Pero a veces, por no decir que siempre, el camino es duro y complicado, se hace cuesta arriba y tampoco es necesario que para que la vaca que ríe sea feliz detrás esté el toro que empuja.

A la vaca Lolle se le viene el mundo encima cuando pilla in fraganti a su toro, Champion, montándoselo con Susi. Por si esto fuera poco y como las desgracias nunca vienen solas, Lolle, doblemente cornuda, se entera de que al día siguiente el ganadero va a llevar al matadero a la vacada completa para convertirla en comida para los humanos. Sí… hay días en los que es mejor no levantarse…

Más o menos así comienza ¡Muuu! Lolle tendrá que convencer a sus incrédulas amigas de que deben abandonar la granja para evitar ser hechas filetes, cosa que dudan mucho, y emprender un viaje…más allá de la valla, al fin del mundo, cerca del bosque prohibido, pues esa es la percepción que tienen del mundo. Pero convencerlas no será fácil: ¿Cómo va el ganadero a matarlas? ¿Por qué iban a querer los humanos comérselas? ¿Es que no comen hierba como ellas? (Esta parte me ha recordado un poco al libro “¿Quién se ha llevado mi queso?”, un libro de estrategia empresarial que trata de lo conveniente de vencer el miedo a los cambios).

La reseña completa en LyL.

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