¡Joder, Ramiro! ¡Jo-der! ¡Hay que joderse, hay que joderse y
hay que rejoderse…! , como tú mismo dices. ¡Cómo eres! Cuando ya has dejado
atrás toda la mierda que tuviste que pasar con Augusto Ledesma y luego un poco
más con el secuestro de Margarita Zúñiga, vas tú solito y te tiras de cabeza a
una piscina llena de fango y vete a saber qué más... Mejor sería que te aplicaras uno de tus
refranes, o mejor te digo uno que te va que ni pintado: Consejos vendo y para
mí no tengo.
En fin. A Ramiro Sancho, nuestro inspector patrio más
maltratado por la vida (que tiene sus cosas), amante del rugby, el refranero
(¿el apellido Sancho será un homenaje al gran conocedor de refranes Sancho
Panza?), la música, el buen comer y el recién descubierto geocaching, le han
apartado temporalmente del servicio y decide celebrarlo sumergiéndose en una
orgía sin fin de sexo, alcohol y drogas.
Reseña completa en LyL
No hay comentarios:
Publicar un comentario