26 noviembre 2016

El cartero de las mujeres





Reconozco que, con este cómic, la portada ha sido un poderoso reclamo. Un auténtico imán irracional para mí. Esa mujer, con un aire a las tahitianas de Gaugin, sujetando en el pecho, esperanzada, una carta, en la costa, con el mar de fondo, el faro, las gaviotas… Ese color y ese dibujo tan atrayentes…

La sinopsis no hizo sino confirmar que quería leer este cómic. 

Un cómic que a veces me recordaba a la preciosa y triste película italiana de Tornatore, Cinema Paradiso, aunque no sé todavía por qué, (aquí ni hay cine, ni el prota es un crío aprendiz, ni estamos en Italia,… lo único, si apuramos, la guerra…), pero da igual; era una sensación que no se apartó de mí durante toda la lectura y que me gustó que así fuera.

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17 noviembre 2016

La despensa ideal


Me gusta cocinar. Me relaja moverme en la cocina, cortar puerros, jugar con las especias, medir las cantidades, recrearme con la inacabable cantidad de accesorios, golpear la carne, macerar los preparados, cumplir los tiempos, hervir el agua, salpimentar las salsas, llorar con la cebolla, probar el punto de sal, triturar ingredientes, darte cuenta de que te falta algo e intentar hallar un sustituto, dejar hecha un cristo la encimera, mesa y fregadero… mientras bebo una copa de vino.


Eso dice mucha gente. Yo no. No me gusta (tampoco me disgusta) y tampoco me relaja. Tampoco bebo una copa de vino. Lo cierto es que se pierde mucho tiempo en la preparación de la comida. Tiempo que podría estar aprovechando viendo una serie, leyendo o qué sé yo… Pero tampoco es lo peor cocinar. Para mí lo peor es saber qué cocinar. Pensar. Elegir de entre los elementos del congelador o frigo o despensa, qué preparar para el día siguiente.

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Deshacer las Américas



Decir que Migoya es polémico, provocador y políticamente incorrecto es una obviedad. Es más: es lo que yo le pido. Es lo que busco en sus libros. Me decepcionaría si no lo fuera. (Otra cosa es ya discutir donde empieza y acaba lo asquerosa y políticamente correcto y lo necesario, que lo es, de la existencia de autores como este para saltarse unas invisibles líneas rojas que pocos osan cruzar).

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11 noviembre 2016

Monika



Conocí a Guillem March (a su dibujo, no a él) en Sirenas de Gotham y más adelante en la serie de Catwoman, y más adelante en… Y puedo decir, y lo digo, que me enorgullece que un español, como él, mallorquín para más señas, haya llegado tan alto como para encargarse de portadas y colecciones de la llamada “familia” de Batman en DC. Se lo merece porque sus dibujos son excepcionales y más siendo como es autodidacta de toda la vida.

Reconozco que lo sigo, que es de los pocos autores de los que puedo comprar sus cómics sin prestar atención a la historia. Incluso participé en la fundición de cuervos (algunos lo llaman crowfunding) de un libro compuesto por las ilustraciones que hacía en su tiempo libre, Muses a gogo, que es un gran tesoro .

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08 noviembre 2016

Crononautas



Bueno, bueno… No tenía ni idea, pero ni de lejos, de lo mucho que iba a disfrutar este cómic. Me ha encantado. Y tampoco decía mucho la sinopsis. Lo justo. Es lo bueno de dejarte guiar a veces por tus intuiciones. Lo único que sabía de él era lo que aparece en la web de Panini: “Dos genios científicos se embarcan en el primer viaje en el tiempo de la historia, que les llevará desde la Antigua Roma hasta los mejores conciertos de los años ochenta, pero jugar con la Historia no siempre tiene consecuencias divertidas”.

Viajes en el tiempo y cómic es algo que siempre combina bien (aunque ahora mismo no recuerdo el título de ninguno). Pero viajes en el tiempo, cómic y Millar… ¡Por Odín bendito! ¡Compro, compro! ¡Toma mi dinero, Millar, y cuéntame lo que te salga de… de donde te salgan las ideas! 

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02 noviembre 2016

Anuario de Libros y Literatura



Participa en el crowfunding

Cuchillo de palo



¡Joder, Ramiro! ¡Jo-der! ¡Hay que joderse, hay que joderse y hay que rejoderse…! , como tú mismo dices. ¡Cómo eres! Cuando ya has dejado atrás toda la mierda que tuviste que pasar con Augusto Ledesma y luego un poco más con el secuestro de Margarita Zúñiga, vas tú solito y te tiras de cabeza a una piscina llena de fango y vete a saber qué más...  Mejor sería que te aplicaras uno de tus refranes, o mejor te digo uno que te va que ni pintado: Consejos vendo y para mí no tengo.

En fin. A Ramiro Sancho, nuestro inspector patrio más maltratado por la vida (que tiene sus cosas), amante del rugby, el refranero (¿el apellido Sancho será un homenaje al gran conocedor de refranes Sancho Panza?), la música, el buen comer y el recién descubierto geocaching, le han apartado temporalmente del servicio y decide celebrarlo sumergiéndose en una orgía sin fin de sexo, alcohol y drogas. 

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