El sábado no empezó bien. Chispeaba un poco a las 8.30, pero a las 10 aclaró y hasta salió el sol.
Nos las prometíamos felices en Castildetierra...



Aquí, poco antes de joderse el tiempo, ...

Y aquí abajo, faltaban cinco minutos para que una granizada transformara el terreno arcilloso en un terreno resbaladizo y apto para el patinaje...
La bici pesaba mucho más que a la ida.


En resumen, 55 kilómetros, que no está nada mal. Eso sí, llegamos a casa baldados.
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