Cuando en la
contraportada de un libro califican a este de “texto inclasificable” suelo
mostrarme escéptico y dudoso (¿inclasificable por estar ante un libro
extremadamente bueno, por salirse de la norma, por no adscribirse a un género
concreto, por contarnos algo sumamente bizarro…?) y esperar que el adjetivo sea
un mero gancho comercial.
Reseña completa en LyL.
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