Seguimos a
oscuras en este segundo tomo en el que, aunque parece que se vislumbra algún
indicio de luz y esperanza, todavía es pronto para decir nada y menos para
cantar victoria. Ocho guionistas, dieciséis dibujantes, otros dieciséis
entintadores y trece coloreadores componen la nómina de este tochaco de 411
páginas de viñetas en las que las superhostias son la materia prima de la
mayoría de ellas.
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