Dice en el prólogo Simon Pegg (guionista y actor de la
divertida película Shaun of the dead,
–en España traducida, para variar, como les sale de los huevos, como Zombies party (una noche… de muerte)–,
que todo el mundo, sea o no fan de los cómics, sabe que Superman viene de
Krypton, qué les pasó a los padres de Batman y cómo una picadura de araña
convierte a un adolescente en Spiderman. Y que lo mismo pasa con ese otro héroe
de leyenda de los cristianos aparecido en ese superventas que es la Biblia.
Tenemos presentes, marcadas ya casi en nuestros genes sus “mejores aventuras”:
el nacimiento en el pesebre, la expulsión de los mercaderes, la multiplicación
del pan y los peces, la transformación de agua en vino, la resurrección de
Lázaro, caminar sobre el agua… en fin, las historias que en tiempos lo petaron,
esas de las que las gentes no dejaban de comentar y megustear en los foros y tablillas
de la época y que Marvel habría sabido exprimir de haberse creado un par de
milenios antes.
Reseña completa en LyL.
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