Bueno…
Pues parece que ahora sí que sí. Este es el fin, amigos. La, como dice la
contra, “épica conclusión” de una etapa fantástica orquestada por Brian
Azzarello. ¿Qué puedo decir a estas alturas que no haya dicho ya? Si me he
quedado sin palabras de elogio y servil peloteo. Antes de zambullirme en las
aventuras de la amazona había leído dos o tres historias sueltas del icónico
personaje. Ahora, con la lectura de este sexto tomo, Wonder Woman: Huesos, recién digerido, y haciendo balance del total,
admito que me he convertido en fan del personaje. Puede que sea mérito del
guionista. Es más. Estoy seguro. Y eso, lo de hacerse uno fan, es bueno y malo.
Es bueno porque el personaje ya ha conseguido meterse en mi y cada vez que
salga una nueva publicación del personaje y deambule por la librería
especializada de turno se me va a encender la alarma.
Reseña completa en LyL.
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