31 enero 2011

La Montaña Mágica, de Jiro Taniguchi























Si hay algo que predomina en la obra de Taniguchi, al menos en lo que yo he leído de él, es el sentimiento de pérdida y nostalgia. Nostalgia por el tiempo pasado, sobre todo por la infancia o adolescencia (Barrio Lejano), pérdida del padre o la madre (El almanaque de mi padre) o una mezcla de ambos, como el hermoso tomo dedicado a los animales (Tierra de sueños). Las relaciones familiares, los amigos, los primeros amores, la complicidad con los hermanos, la soledad, son temas fetiches de este autor.
Prácticamente en todos sus cómics flota un halo de tristeza y melancolía que, sin caer en la lágrima fácil, llegan a calar en el lector y permiten una lectura tranquila y reposada.

En La Montaña Mágica no es que no se de esto, (de hecho el padre de los niños protagonistas falleció cuatro años antes y la madre está enferma) sino que es tan breve, que apenas lo desarrolla. Además, añade un elemento fantástico o sobrenatural que, para mi gusto, sobra.

La Montaña Mágica es Taniguchi, pero da la impresión de haberse dejado algo por contar. Puede que sea mi percepción, o que lo sienta así por lo breve del cómic, pero la sensación que me quedó al acabar su lectura era de desamparo, de querer seguir sabiendo más de los personajes y no poder…

En cualquier caso, una buena lectura. No lo mejor de Taniguchi, pero es una buena lectura.

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