Hará cosa de un mes, el Papa visitó "Auschwitz" y se preguntó a si mismo (pero para que lo oyéramos todos) : "¿Dónde estaba Dios durante esta barbarie increíble?"
Y la respuesta es fácil: estaba justo justo en el mismísimo sitio que cuando ocurrían estas otras:
El famoso tsunami
La bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki
El ascenso al poder, con sus consecuencias, de variados dictadores (algunos de ellos encubiertos bajo apariencia demócrata).
La prisión que viola todos los derechos humanos en Guantánamo y en la que más de 500 personas llevan más de dos años retenidas ilegalmente y bajo torturas.
-El 11 de septiembre de 2001.
-El metro de Valencia hace unos días.
-Las corridas de toros y todos los actos de crueldad del hombre hacia los animales.
Y si cogemos cualquier periódico o vemos el telediario de cualquier cadena, cualquier día y a cualquier hora podemos encontrar cosas como:
* Cinco turistas violan a una joven.
* Un indigente muere calcinado a manos de tres jóvenes (menores).
* Más de 1.000 cadáveres encontrados en Bagdad durante el mes de abril.
* Muere de varias puñaladas una mujer en Las Palmas.
* Un hombre descuartiza a su hija e intenta matar a su mujer.
* Encuentran el cadáver de un recién nacido enterrado en un sótano de Madrid.
* Mata a su hermano de tres disparos y se suicida.
* Etc, etc, etc.
Después de esto, no comprendo que haya gente creyendo en la existencia de un Dios bueno y misericordioso. Lo respeto. Pero ni lo comprendo ni lo comparto.
Por tanto, respondiendo a la pregunta a la que Ratzinguer no encuentra solución, "¿Dónde estaba Dios durante esa barbarie?" he de decir que estaba donde siempre ha estado: en ninguna parte.
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