Es realmente vergonzoso que las personas cuyo sueldo pagamos para representarnos y arreglar lo que ellos u otros como ellos han destrozado representen semejantes funciones de patio de colegio.
Esto confirma que los políticos en general, pero sobre todo los del PP en particular, son gilipollas perdidos.
Anarroseado de elmundo.es (pero visto también en varios telediarios, para que no digan "es que ya sabemos de qué pie cojea "El Mundo"):
El presidente del Congreso, Manuel Marín, ha expulsado hoy del Pleno del Congreso al portavoz adjunto del PP, Vicente Martínez Pujalte, tras haberle llamado al orden tres veces.Intervenía el portavoz socialista, Diego López Garrido, en la recta final del debate y Martínez-Pujalte estaba de pie en la fila de escaños conversando con otro diputado, por lo que recibió una primera llamada al orden por parte de Marín.
El dirigente popular se sentó en su escaño pero continuó hablando y haciendo comentarios en elevado tono de voz, que resonaba considerablemente en el hemiciclo.
Marín le llamó por segunda vez al orden y le advirtió de que, en caso de hacerlo una tercera vez, en aplicación del Reglamento del Congreso de los Diputados, sería la expulsión del salón de plenos.
Ante la desobediencia de Martínez Pujalte, llegó la tercera llamada al orden y, a continuación, la invitación para abandonar el hemiciclo.
El portavoz popular dijo a Marín que no pensaba irse y le retó a "llamar a la Policía" para que le detuvieran, al mismo tiempo que cruzaba las manos uniendo las muñecas, en claro gesto de disposición para ser esposado.
Marín leyó los dos apartados del artículo del Reglamento según el cual al diputado que sea llamado al orden una segunda vez, advertido de las consecuencias de latercera, le será retirada la palabra y el presidente podrá imponer la sanción de no asistir al resto de la sesión.
Subrayó Marín que de forma clara había advertido de esas consecuencias, y leyó el segundo apartado del artículo, según el cual en caso de que el diputado sancionado no atienda el requerimiento de abandono, el presidente puede tomar las medidas necesarias para hacer efectiva la sanción y la puede ampliar, además, a la sesión
siguiente.
Después de reiterados requerimientos de Marín, Vicente Martínez-Pujalte abandonó el hemiciclo entre aplausos de los diputados de su grupo, con una burlesca reverencia a los bancos socialistas y al presidente, Manuel Marín.
(El de la foto es el castigado sin postre)
Ahora Zaplana anuncia una iniciativa de su grupo para que Marín sea reprobado.
¡¡Pero qué cínicos son!! No una ni dos, sino tres veces se le advirtió al señor Martínez-Pujalte de las consecuencias que le esperaban si seguía en sus trece, reglamento en mano, y encima creyendo estar en posesión de la razón, se chotea con una reverencia. Una multa económica les ponía yo. Que ahí es dónde duele, en el bolsillo. Que para subirse los sueldos todos están de acuerdo. Que por ocho o diez años más o menos ejerciendo (cuando se dignan a asistir al hemiciclo, que esa es otra) de diputados ya tienen el 100% de la pensión asegurada.
¡Pero qué gentuza, por Dios, qué gentuza!
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